Sangre y confusión fue lo que dejó el más reciente ataque a bala perpetrado en el barrio Las Delicias, de Cúcuta, pues nadie sabe que pudo provocar el hecho que dejó herido a José Alexis Salazar Rangel y a doña Rosa Rangel, de 81 años.
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“¿Cómo que le dispararon a doña Rosa?”, dijeron con sorpresa los vecinos al enterarse que la noche del pasado miércoles, 6 de agosto, la adulta mayor y su hijo, de 51 años, conocido como el Profe, quedaron heridos tras ser atacados dentro de su propia casa.
A las 9:40 de la noche, doña Rosa estaba viendo televisión en la sala de su casa junto con uno de sus hijos, José Alexis, ya habían cenado y esperaban que se acabara el programa que veían para irse a dormir, cuando de repente llegó un hombre al frente de su casa, ubicada en el sector conocido como La Isla.
Como una ‘sombra’ lo describen, pues venía vestido completamente de negro, de pies a cabeza, con un pasamontañas cubriéndole la cara y con guantes, no se veía ni el mínimo rastro de su tono de piel, esto acompañado por la oscuridad de la hora y la poca iluminación de las polvorientas calles, lo convertían en el crimen perfecto.
Sin el más mínimo rastro de su identidad, el hombre desenfundó su arma de fuego y desde afuera de la casa, apuntó por medio de las rejas externas hacia adentro, la puerta abierta le dejó el espacio perfecto para la violenta arremetida.
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Sin mediar palabra, ni que sus víctimas pudieran reaccionar, el criminal apretó el gatillo una vez tras otra, una de las primeras balas impactó a doña Rosa en el muslo derecho, apenas por encima de la altura de la rodilla, de forma horizontal, abriendo una gran herida en su piel y haciendo que la escena se tiñera de rojo.
Acto seguido, los demás disparos alcanzaron a José Alexis, un tiro en la mano derecha, otro en la izquierda, y un tercero que entró por la parte baja de su brazo derecho, y al salir le alcanzó a rozar el pecho, también de forma horizontal, por lo que la bala no se incrustó en su interior, ni afectó huesos u órganos.
Como pudieron, a pesar de las heridas, la sorpresa y la avanzada edad de doña Rosa, se pusieron de pie y recorrieron un par de metros para ingresar al baño y ponerse a salvo. En ese momento, ya aproximadamente seis proyectiles se habían disparado, pero no eran todos, el delincuente intentó herirlos en la huida y disparó dos veces más, aunque no impactaron y siguieron derecho, conectando con la pared trasera de la vivienda.
Para este punto la escena ya era macabra, la cerámica del piso estaba toda teñida de rojo. Sin posibilidad de hacer más daño, el pistolero salió de la escena, no en moto ni en carro, como vino se fue, con total tranquilidad subió hacia la zona boscosa de La Isla y se perdió en medio de la oscuridad del sector.
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“Nosotros escuchamos los tiros, pero no nos imaginamos que fuera en la casa de mi nona”, comentó uno de los familiares de las víctimas, los cuales viven en los alrededores y se encontraron con la trágica noticia minutos después.
Pronto todos se congregaron en la casa y con mucha angustia trasladaron a los heridos al hospital en un vehículo particular. A cierre de esta edición siguen en recuperación, la peor parte se la llevó José Alexis, pues varios dedos quedaron comprometidos y podrían ser amputados, según contaron los allegados.
Los familiares sostienen que no tienen ni idea que pudo desencadenar el ataque, pues son una familia reconocida del sector, que no tiene deudas, amenazas ni problemas, no entienden qué pasó pero dicen estar dispuestos a perdonar al agresor, y solo desean que los heridos se recuperen sin mayores complicaciones.
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