Mientras los residentes de Villa del Rosario dormían, muchos en preparación para retomar a sus actividades rutinarias del lunes, en las calles del Municipio Histórico se ejecutaba un crimen que creían perfecto. En una cava dejaron un par de manos, pies y una cabeza humana.

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Esta macabra historia se llevó a cabo en dos escenarios, el primero y principal es en la carrera 12, entre calles 12 y 13 del barrio El Páramo, en las afueras de un lote, donde, sin que nadie viera ni escuchara, alguien dejó una cava con dichas partes y luego huyó en medio de la oscuridad sobre las 2:00 de la mañana.

Pronto un transeúnte, que pasaba por la zona vio el sospechoso contenedor, decidió abrirlo y encontró una imagen que nunca olvidará. Tras el pánico inicial, alertó a las autoridades y pronto una patrulla de la Policía Metropolitana de Cúcuta (Mecuc), llegó al lugar de los hechos a comprobar la situación.

El Cuerpo Técnico de Investigación (CTI) de la Fiscalía inició las respectivas pesquisas, sin embargo, no había mucho por hacer, no tenían testigos, ni cámaras de seguridad y menos pistas de los responsables. Se suponía el crimen perfecto, pero eso cambió pocos minutos después.

Aproximadamente a diez kilómetros de distancia, en la Autopista Internacional, ya en territorio cucuteño, se emitió otra alerta hacia las autoridades. En condiciones similares, personas en este punto de la entrada al barrio Bogotá encontraron otra cava, y en su interior tenía lo que sería el resto del cuerpo desmembrado.Más uniformados se trasladaron para asegurar la zona y comprobar lo denunciado.

Frente a un establecimiento comercial estaba la cava envuelta con una bolsa de basura negra y sobre ella un papel con un mensaje que decía: “se murió por ‘chota’, sapo”, sin más pistas de quien se trataba la víctima o de quienes eran los victimarios.

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El mensaje daba a entender que el hombre fue asesinado y descuartizado por esta causa.

Pronto el CTI llegó hasta a este sector para iniciar la investigación, sin embargo, parecía una copia del escenario anterior, sin testigos, en medio de la oscuridad y el silencio. Pero algo cambió: sí habían cámaras de seguridad.

Rápidamente este material fue publicado y mostraba cómo fue la escena, horas antes de que encontraran la segunda cava. Un taxi Chevrolet Spark llegó hasta el sector y se detuvo frente al establecimiento, uno de sus pasajeros bajó por la puerta trasera derecha con la cava.

La habría dejado en el sitio en el que fue encontrada y pocos segundos después volvió al vehículo para emprender la huida. El hecho fue captado por una cámara de seguridad ubicada en un lugar atrás del comercio, este material rápidamente fue entregado a las autoridades para su revisión y análisis.

Los factores de la hora, el tipo de carro y la ruta que tomó, serán claves para la reconstrucción de los hechos con cámaras aledañas que hayan capturado la placa del vehículo.

Hasta el momento la identidad de la víctima y los responsables del hecho siguen siendo un misterio para las autoridades. La investigación sigue su curso, y la identificación del taxi que participó en este hecho es el primer gran paso al que apuntan para esclarecer los hechos.

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El uso de cavas

En lo que va del año este es el tercer hallazgo de una cava con una cabeza humana en su interior, situación que tiene consternada a la comunidad, ante la violenta naturaleza de este tipo de desmembramientos.

El caso más reciente se dio en la noche del 28 de mayo, cuando en las inmediaciones de la cárcel Modelo, un trabajador de la empresa de aseo municipal encontró una cabeza en uno de estos contenedores de icopor, en un caso que habría sido relacionado con la disputa territorial entre bandas.

El incidente que pareció dar inicio a este tipo de situaciones sucedió el 27 de febrero, en el canal Bogotá, donde se encontró la cabeza de Sixto Ferney Rojas Montalvo, quien habría sido asesinado y desmembrado por Jhon Jairo Marín Velásquez, conocido como Pastor, y Brayan Smith García Agudelo, alias Samario.

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