Esta semana el nombre del cantante vallenato Jorge Iván Díaz Lafaurie, más conocido como El Churo Díaz, volvió a sonar en los titulares, pero no por algún nuevo lanzamiento musical ni por su reciente matrimonio religioso, sino por estar en el centro de un proceso judicial que lo vincula con una millonaria estafa.
El artista enfrenta actualmente un juicio en Bogotá, en el que la Fiscalía lo acusa de haber participado presuntamente en una red de captación ilegal de dinero que habría dejado más de 300 víctimas y pérdidas cercanas a los 45.000 millones de pesos.
La promesa era aparentemente atractiva: invertir en remates inmobiliarios con alta rentabilidad. La realidad fue otra: los remates no existían.
Así operaba la estafa en la que se vio involucrado el Churo Díaz
El caso tiene su raíz en la empresa Asesores e Inmobiliarios Jurídicos Costa Azul S.A.S., constituida en 2009 y que operó durante varios años ofreciendo falsas oportunidades de inversión en propiedades supuestamente embargadas o subastadas.
Su representante legal era Beatriz Isabel Castro Pérez, conocida en el mundo vallenato como Mamá Beatri, exmánager y también exesposa de El Churo Díaz.
Castro fue capturada y condenada a nueve años de prisión por su papel como cabeza visible de la estructura que, según las autoridades, fue diseñada para estafar a cientos de personas mediante engaños sistemáticos.
Durante años, Castro no mencionó al cantante en su defensa. Sin embargo, recientemente, tras el matrimonio eclesiástico de Díaz con su actual pareja, Claudia Aponte, el pasado 13 de mayo en Valledupar, la mujer decidió romper el silencio.
Según su testimonio ante la Fiscalía, Díaz no solo conocía las actividades de la empresa, sino que también habría recibido dinero directamente y usado parte de los fondos ilícitos para impulsar su carrera musical y adquirir bienes de lujo.
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Durante la audiencia realizada en Bogotá, el fiscal del caso aseguró que El Churo Díaz era consciente del origen ilícito del dinero que recibía y que, además de beneficiarse económicamente, habría hecho parte activa de la administración de la empresa.Según los investigadores, el método de captación se basaba en recomendaciones de boca en boca que daban confianza entre los inversionistas.