A menos de un mes de cumplir 40 años, Hugo Rodallega escribió una de las páginas más emocionantes del fútbol colombiano.

A pesar de un dolor muscular y una fractura en el tabique nasal, el veterano delantero decidió no abandonar la cancha en la final de vuelta frente al Deportivo Independiente Medellín.

Desde el calentamiento ya sentía molestias. “Le dije al doctor que tenía algo en el abductor y que la idea era no jugar, pero al final dije: ‘No me salgo, voy hasta el final, de aquí me salgo solo cuando yo diga’”, confesó Rodallega tras el partido. Su determinación no solo lo mantuvo en el campo: lo convirtió en leyenda.

Del llanto a la gloria: los 61 segundos más épicos del torneo

Minuto 77 con 09 segundos. La transmisión muestra a Rodallega tomándose la cabeza, visiblemente quebrado, entre lágrimas. Se sube la camiseta para ocultar su rostro. El dolor era evidente. Había decidido abandonar el juego.

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Pero el fútbol, como la vida, a veces premia la valentía. Al minuto 77 con 55 segundos, cuando el árbitro da la señal para continuar tras la pausa por su estado, el balón vuelve a rodar desde un saque de puerta del DIM.

Entonces, el mismo jugador que estaba llorando armó la jugada y se la pasa a Edward López, quien hace una jugada por derecha, se escapa, entra al área y lanza un pase al corazón de la zona de peligro.

Allí, cojeando, estaba Rodallega. Con un movimiento digno de un goleador eterno, controló y definió con sangre fría, venciendo al portero Aguerre al minuto 78 con 10 segundos.

En menos de dos minutos, el dolor se transformó en éxtasis. Santa Fe se ponía 1-2 en el marcador y acariciaba la estrella número 10.

Una remontada con sello de campeón

El gol de Rodallega fue más que una anotación. Fue un mensaje. Un símbolo de resistencia, garra y liderazgo. En el primer tiempo, el Medellín se había puesto en ventaja con gol de Francisco Fydriszewski. Pero Santa Fe no se rindió.

Santiago Mosquera empató 1-1 y después llegó el momento del capitán. Tras su gol, Rodallega fue sustituido en medio de aplausos, lágrimas y abrazos.

La herida física no opacó la gloria. El equipo resistió los ataques finales del DIM y se consagró campeón de la Liga BetPlay 2025-I.

El goleador de oro y alma cardenal

Rodallega cerró el torneo como Bota de Oro, con 16 goles en 26 partidos, incluidos 6 en los cuadrangulares. Fue el alma y el brazo armado de un Santa Fe que volvió a gritar “campeón” tras nueve años.

Y lo hizo en territorio ajeno, en un Atanasio Girardot repleto que enmudeció con el tanto del veterano delantero.

En 2024 ya había sido goleador del primer semestre, pero la final perdida con Atlético Bucaramanga dejó un sabor amargo. Esta vez, no dejó que la historia se repitiera. Incluso jugó las dos finales con una fractura en la nariz.

“El día del clásico con Millonarios me fracturé el tabique. No lo dijimos para poder jugar. Son heridas de guerra”, explicó con serenidad.

Una carrera marcada por goles y resiliencia

Hugo Rodallega ha recorrido un camino largo: goleador del Sudamericano Sub-20 de 2005 con Colombia, figura en ligas como México, Inglaterra, Turquía y Brasil, y ahora, ídolo absoluto en Santa Fe. A los 39 años, sigue siendo decisivo.

Normal que el regreso de Falcao haya acaparado portadas. Normal que se hable de los récords de Dayro Moreno. Pero lo de Rodallega, el héroe de la décima estrella, es para ponerse de pie.

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