Un trabajo articulado
Durante los últimos encuentros, la GIZ se ha vinculado para capacitar al equipo en estrategias de lectura incluyente con enfoque de género, representación afrodescendiente, memoria histórica y visibilización de quienes han sufrido el conflicto.
De manera articulada, el Banco de la República, además de prestar sus instalaciones para las capacitaciones, ha desarrollado ejercicios de recuerdo, reflexión y perdón, para conversar sobre la paz sin recurrir al uso directo de términos en zonas vulnerables.
“La paz es llevar alegría a las comunidades donde el conflicto ha dejado tristeza y dolor en el ambiente, paz es promover la resiliencia, y desde el Banco de la República apostamos por este objetivo con el que hemos trabajado en cuidar el alma, porque el alma no son solo las bibliotecas, sino también todas estas actividades de extensión que están llegando a más espacios”, mencionó Adriana Ferreira Esparza, jefe cultural de la sucursal del Banco de la República para Cúcuta.
Elisa Montoya, secretaria de Posconflicto y Cultura de Paz, socializó con los promotores en formación la ruta metodológica y teórica de lo que es ser una víctima en Colombia y se expusieron los diferentes programas y líneas de atención inmediata para la protección de las víctimas.
En estos encuentros se acordó establecer una mesa técnica de aprendizaje destinada a los promotores para capacitarse en las estrategias y programas de las secretarías para replicarlos en las zonas a intervenir, como el ‘Tour de la memoria’, ‘1, 2, 3 por la paz’ y la ‘Muestra itinerante’, con los que se abarcan temáticas de memoria, patrimonio, historia local y construcción de paz a través de la lúdica.
“Si algo demostró el 2020 es que ni siquiera la pandemia pudo frenar el conflicto, por eso no podemos permitir que la paz sea un tema superficial ni de un solo día, tenemos un largo camino por recorrer, sobre todo en los lugares de nuestro territorio donde encontramos niños y jóvenes con casos por contar que no encuentran las palabras para hacerlo. Es en esos casos es donde la lectura se convierte en el medio para el escape y forma de denuncia de esas situaciones difíciles, que motiva a los pequeños a crecer como personas para generar un verdadero cambio estructural”, destacó Elisa Montoya, secretaria de Posconflicto.
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