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Zona verde
Bosques conectados dan vida a mamíferos
Proyecto busca evaluar y determinar la conectividad entre áreas estratégicas que hacen parte de los sistemas naturales protegidos en Colombia. 
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Eduardo Rozo
Sábado, 4 de Mayo de 2019

Un tupido tapete de frailejones cubre la cima del páramo Tamá. La fría ventisca abriga al caminante tras horas de aventura en terreno empinado. Antes de coronar la cumbre se aprecia la transición de los bosques y en ellos, hace siete años, se internó Carlos Cáceres Martínez.

Él, biólogo de la Universidad de Pamplona, valora el contacto con lo natural. A sus 28 años y oriundo de Concepción (Santander), con su familia radicada en Cúcuta, pone sus conocimientos al servicio de la conservación de la fauna y de la flora que abunda en los bosques colombianos.

Las travesías en el Tamá, uno de los 59 Parques Nacionales Naturales que hay en Colombia, marcaron su quehacer profesional y producto de extensas jornadas de investigación en la frontera nororiental, identificó la necesidad de evaluar y caracterizar la conectividad que existe con otras zonas protegidas en el interior del país y de esa forma contar con información vital para la supervivencia de mamíferos como el oso de anteojos o el puma. 

Cáceres, quien cursa una maestría en bosques y conservación de la Universidad Nacional, logró el apoyo tanto de la institución de educación superior como de Parques Nacionales Naturales (dirección territorial Andes Nororientales) para ampliar el campo de acción del proyecto.

La meta de evaluar la conectividad funcional de los bosques y la ocupación de grandes mamíferos, busca priorizar áreas de conservación en los Andes nororientales.

Para ello, también se cuenta con el respaldo de Colciencias, Rufford Foundation, Idea Wild, el Instituto Alexander Von Humboldt, Corpoboyacá y la Corporación Autónoma de Santander (CAS). 

Además de jefes y funcionarios de los parques Tamá, El Cocuy, Pisba y el Santuario de Fauna y Flora Guanentá Alto Río Fonce, ubicados en los departamentos de Santander, Norte de Santander  y Boyacá.

Estos espacios naturales hacen parte del proyecto y los mismos han sido recorridos por el equipo de biólogos y profesionales que se han sumado a la iniciativa.

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En zonas estratégicas se instalaron cámaras trampa para hacer monitoreos.

Áreas protegidas

En Colombia, de acuerdo con Cáceres, hay 59 Parques Nacionales Naturales. Sin embargo, en total existen 983 áreas con diferentes figuras de protección que abarcan un área de 289.2 kilómetros cuadrados y equivalen al 25.3% de la superficie del país, aproximadamente.

“En las últimas décadas se ha discutido el papel que cumplen estas áreas,  ya que algunas fueron creadas sin tener en cuenta aspectos como la representatividad ecológica, patrones de riqueza, la protección de especies amenazadas, el tamaño, su conectividad funcional, su ubicación biogeográfica y la legislación ambiental que las protege”.

Según lo planteado por el biólogo Cáceres las áreas protegidas no han sido completamente aisladas, condición que garantizaría los procesos biológicos y evolutivos, así como las poblaciones de especies a largo plazo.

Además, han sido afectadas por zonas productivas y la fragmentación del paisaje, razón por la que no son ajenas a lo que ocurre en las áreas que las rodean.

“Las áreas circundantes son fundamentales para mejorar la conectividad a diferentes escalas y por lo tanto es prioritario evaluar y mejorar la conectividad entre áreas protegidas de diferentes categorías, incluso, para cumplir el objetivo de conservación”.

Cárlos Cáceres Martínez, biólogo y uno de los líderes del proyecto.

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Conectividad funcional

El proyecto liderado por Cáceres busca hacer aportes significativos a la conectividad funcional entre las áreas estratégicas dentro del sistema nacional de áreas protegidas, generando así una herramienta de manejo a escala de paisaje, que no solo será útil para Parques Nacionales Naturales, sino también para las Corporaciones Autónomas Regionales involucradas. Tal es el caso de Corponor en Norte de Santander, Corpoboyacá y la CAS en Santander. 

A la fecha y de acuerdo con Cáceres, se cuenta con insumos valiosos como la información de tres años de monitoreo de osos y pumas en el páramo Tamá, los cuales fueron captados con cámaras trampa y de esa forma se conoció sobre su comportamiento en el hábitat.

Igual monitoreo se ha ejecutado en el Área Natural Única Los Estoraques ubicada en el municipio La Playa de Belén y a lo largo de los andes nororientales. 
Sin embargo, “es un proyecto costoso y se están buscando recursos para la adquisición de equipos y materiales como baterías de litio, memorias, guayas, cajas de seguridad y más cámaras trampa”.

Manuel Rodríguez Rocha, coordinador de investigación y monitoreo de la Dirección Territorial Andes Nororientales de Parques Nacionales Naturales de Colombia, argumentó que los proyectos regionales son claves para propiciar la articulación de actores en un territorio con alta biodiversidad como en los Andes del Norte. 

“En el marco del proyecto se identifican varios actores, con diferentes capacidades económicas y técnicas. La integración de los mismos puede potenciar los resultados obtenidos y a su vez incrementar el alcance de los mismos. Posiblemente la conectividad funcional para el oso andino, el puma y otras especies de fauna sea mucho mayor de lo que se piensa en los Andes del Norte, pero es necesaria la generación de una plataforma de trabajo para empezar a evaluar dicha situación y generar el conocimiento apropiado”.

Así, el trabajo de Cáceres y sus aliados es una gran apuesta por la conservación de los mamíferos que habitan en la cordillera Oriental colombiana y junto con ellos todas las especies que dependen de los vastos ecosistemas para sobrevivir.

Laguna en el Páramo de Chita, en el departamento de Boyacá. 

Imágenes Cortesía /Carlos Cáceres Martínez

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