El año pasado, la familia Fernández Leal anhelaba disfrutar la vivienda que compró en una urbanización en Cúcuta. Solicitó al Ministerio de Vivienda el beneficio de Mi casa Ya, pero, al igual que muchos en el país, no pudo lograrlo, porque el programa cumplió su meta anticipada de 65.000 subsidios económicos.

Sin embargo, este hogar vio una esperanza en noviembre, cuando el Gobierno Nacional habilitó 3.200 cupos. “Nos postulamos, pero fue un engaño, porque solo les dieron a quienes compraron en conjunto cerrado. Toda la gente se ilusionó. Llamé luego a MinVivienda y me dijeron que debíamos esperar a que este año salieran las resoluciones de lo que se va a hacer”, señaló Álex Fernández.

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Así como esa familia, son miles en todo el país que pagaron la cuota inicial, el avalúo, tienen aprobado el crédito hipotecario y todos los papeles listos, pero les hace falta el subsidio. 

Sin Mi casa Ya puede haber crisis

El sector de la construcción está en  incertidumbre y no sabe qué decirles a sus clientes, de acuerdo con Juan Francisco Yáñez, director de Proyectos de Constructora Yadel, quien manifestó que hay cerca de 300 clientes que aguardan la ayuda económica.

Sostuvo que el Gobierno, a pesar de que ha informado que Mi casa Ya se va a mantener, no ha sido claro en definir los parámetros del programa, cuántos cupos se habilitarán y el número de subsidios para la tasa Frech.

“Las personas que compraron vivienda en 2021 y 2022, que debemos entregárselas en estos meses de inicio de año, no tienen claro si accederán a estas ayudas. Necesitamos información clara del Gobierno, para saber si podemos seguir ofreciendo este tipo de proyectos (de vivienda que no superen los 150 salarios mínimos mensuales)”, afirmó. 

Andrés Ramírez Navarro, gerente de Vértices Urbanos e integrante de la junta directiva de la Cámara Colombiana de la Construcción (Camacol) en la región, señaló que hay incertidumbre desde el gremio por los proyectos en construcción, los que están terminados y los que se van a empezar a construir, que llevan 95% con cierre financiero, bajo la continuidad de Mi casa Ya.

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“Sin la certeza de las condiciones es difícil liquidar lo que está hecho, terminar lo que estamos haciendo y empezar lo que está prevendido. De no continuar el programa como viene, se daría una crisis por el inventario represado y por la no iniciación de proyectos nuevos, generando desempleo y posibles insolvencias de empresas, en su mayoría pymes”, alertó.

Andrés Ramírez añadió que, por parte de los clientes, hay escenarios diferentes; el más preocupante es de quienes escrituraron, desembolsaron crédito hipotecario y no han pagado subsidios, por lo cual no se puede entregar la vivienda y están pagando ya su crédito.

“Están quienes han ido pagando su cuota inicial y no saben cómo va a continuar el programa, no saben si lograrán su cierre financiero para terminar de comprar su vivienda. Y están quienes quieren comprar y no pueden revisar si pueden optar a Mi casa Ya, porque la plataforma no está activa. De igual manera, los bancos no pueden generar aprobados ligados al subsidio, lo que dificulta la solicitud y la posible aprobación de estos créditos”. 

(El sector construcción está preocupado, porque hay mucho en juego con la continuidad de Mi casa Ya. / Foto Archivo)

Camacol, preocupada

Mateo Montebello, gerente de Camacol Cúcuta y Nororiente, expresó su preocupación ante la falta de respuesta del Ministerio de Vivienda, pues los principales beneficiarios son las familias de Vivienda de Interés Social (VIS) y el reto de este año es escalar ese programa, porque el año pasado los cupos no fueron suficientes para atender la demanda, que está por los 80.000.

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“Tenemos la confianza de que en las próximas semanas vamos tener las nuevas reglas de juego para el programa, ya que el Gobierno ha hablado de priorizar la vivienda rural y hay que definir qué relevancia va a tener la vivienda rural frente a la vivienda urbana, que es el corazón”, explicó Montebello.

El líder de Camacol manifestó que es importante que se aclare la concurrencia de Mi casa Ya, porque el plan tiene una concurrencia con las cajas de compensación. Precisó que si no se reinicia el programa, quienes están a la espera de esta ayuda económica tendrían que buscar los recursos por propia cuenta para cubrir el valor, que es de entre $20 y $30 millones.

Recordó que el mercado de vivienda en el país se compone en un 76% de VIS y otro reto, este año, es que las familias se pueden ajustar a las tasas de interés de los bancos, que aumentaron de 8% a entre 13% y 15%, por esto -recalcó- Mi casa Ya cobra aún más importancia, pues con él se subsidia a la cuota inicial del valor del inmueble y la tasa de interés del crédito hipotecario.

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