Durante octubre se conmemora el mes de la concientización sobre el cáncer de mama a nivel mundial, instancia para poner en la palestra las diferentes cifras de esta enfermedad y visibilizar el impacto que tiene en las pacientes en diferentes aristas. En Colombia, el cáncer de mama sigue siendo la principal causa de muerte por cáncer en mujeres adultas, un reflejo del panorama a nivel mundial, pues la OMS registró 2,3 millones de diagnósticos en 2022.
De acuerdo con las cifras más recientes de Cuenta de Alto Costo (CAC) —entidad adscrita al Ministerio de Salud—, entre 2022 y 2023 se diagnosticaron 9.716 casos nuevos de cáncer de mama en el país. Por su parte, el Observatorio de Salud de Bogotá (SaludData) estima que la incidencia de este tipo de cáncer fue de 25 por cada 100.000 mujeres para octubre de 2023. A pesar de este alto número, aún la conversación sobre la enfermedad no se logra posicionar como una urgencia.
El cáncer por sí solo no es lo único que afecta a las mujeres, ya que la progresión de la enfermedad impacta diferentes aspectos de las vidas de las pacientes, siendo una de ellas su salud sexual y afectiva. Esto ya que las pacientes que padecen de esta patología no pueden utilizar cualquier tipo de anticonceptivo, lo que tiene un impacto en su sexualidad y planificación familiar. Esto principalmente porque algunos de estos métodos contienen hormonas, como estrógenos y progestinas, que pueden influir en el crecimiento de ciertos tipos de cáncer de mama. En los casos de cáncer de mama ‘hormonodependientes’, las células tumorales pueden tener receptores para estas hormonas, y su exposición puede promover el crecimiento o la recurrencia”, explica la doctora Loreto Vargas, ginecóloga-obstetra y sexóloga.
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Producto de esto es que los métodos anticonceptivos que presentan esta combinación entre sus compuestos no pueden ser utilizados por las pacientes que padecen o padecieron de la enfermedad. Sin embargo, existen otros anticonceptivos que sí pueden utilizar, como dispositivos intrauterinos no medicados (DIU), como la T de cobre o plata.
Pero con estos antecedentes, ¿qué pasa con las mujeres que ya se encuentran bajo un tratamiento anticonceptivo y se les detecta cáncer de mama? En este caso, la doctora Loreto Vargas es enfática en reiterar que el cambio en el tratamiento debe ser lo más rápido posible, pero siempre acompañado de un profesional. “La decisión de cambiar o suspender un anticonceptivo requiere un enfoque cuidadoso y bien informado, dado que las implicaciones pueden ser significativas tanto para su salud reproductiva como para su tratamiento oncológico”.
La importancia de tener acceso a métodos anticonceptivos
Dentro de los anticonceptivos recomendados se encuentran:
● Dispositivos Intrauterinos (DIU) no medicado: DIU de cobre y plata
● Métodos de barrera: preservativos y diafragmas
Si bien la gama de métodos es amplia, también es necesario asegurar el acceso a estos. En esta línea es que destaca el trabajo de DKT South America, organización que trabaja eficazmente para concientizar a la población sobre la importancia del uso de métodos anticonceptivos, enfocándose en la planificación familiar y la prevención de ITS y VIH/SIDA y embarazos no planificados.
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Para esto, es que tanto en Colombia como en el resto de la región, DKT trabaja con diferentes agrupaciones y socios estratégicos del área de la salud, con quienes realizan diferentes operativos para entregar métodos anticonceptivos a personas que no tienen un fácil acceso a este, especialmente en un país como el nuestro donde existen lugares aislados en la cual los centros de salud no están al alcance de todos. Misión que es aún más importante cuando hablamos del acceso que deben tener las mujeres con cáncer de mama a métodos anticonceptivos específicos y que no sean contraproducentes con su tratamiento.
Además, trabajan con Prudence con quienes realizan sampling de sus preservativos, así como también capacitaciones sobre el correcto uso de preservativos, método que también puede ser fundamental para las pacientes.
Finalmente, Loreto Vargas, quien trabaja junto a DKT South America, destaca que es la atención a las pacientes debe ser desde un enfoque tanto biológico como psicosocial, viendo a la mujer en su totalidad con cada arista de su vida: emocionalidad, ámbito privado, familiar, etc. Es “esencial abordar cómo el cáncer de mama y su tratamiento pueden afectar la salud sexual de la paciente. Esto incluye discutir cambios en la libido, la intimidad y la función sexual. Muchas mujeres experimentan sequedad vaginal, dolor durante las relaciones sexuales y alteraciones en la respuesta sexual, lo que puede afectar su autoestima y la dinámica con su pareja. Proporcionar un espacio seguro para hablar de estas inquietudes es fundamental para su bienestar”.
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