Tras permanecer más de dos años fuera del mercado, la Lotería del Táchira vuelve a levantarse con juegos emblemáticos, no solo para los venezolanos, sino también para los colombianos que visitan la región fronteriza. La Lotería, una institución que nació hace 98 años con el fin de ayudar a los más necesitados, ha sabido adaptarse a los cambios económicos y sociales que vive Venezuela.

Uno de los productos más atractivos de las loterías venezolanas para los colombianos es el Kino Táchira, un juego parecido al Baloto,  que consiste en acertar 15 números.  Hace unos ocho años, los nortesantandereanos buscaban el cartón con la esperanza de ganarse la lotería en bolívares, algunos cucuteños cruzaban a San Antonio solo para adquirir el boleto.

Vale recordar que el famoso Kino que pertenece a una franquicia chilena, dejó de circular en el 2018, pero desde hace más de un año está de nuevo en el mercado venezolano gracias a una intermediación con una empresa privada.

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La situación económica de Venezuela le ha permitido evolucionar, ofreciendo premios en dólares, que pueden ser entregados en la moneda de preferencia del apostador, bien sea en bolívares, pesos o la moneda estadounidense. Incluso, el juego, que estuvo funcionando con un sistema computarizado, tuvo que volver a cantarse con las esferas numéricas.

Marcos Albarrán, presidente de la Lotería del Táchira, detalló a La Opinión que  ha visto la evolución de las loterías colombianas, que tienen algunos productos, quizá más atractivos que el Kino, pero ahora el juego regional ha sacado otros instantáneos como El Conejo de tu Suerte, El Kingo y Super Gana (un juego con animalitos), que ya está llamando la atención en la frontera, lo que ha permitido que en  municipios fronterizos las ventas se incrementen.

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Lo que en Colombia llaman el chance, pero del lado venezolano se le dice Triple Táchira, también está siendo bien acogido por los consumidores de San Antonio y Ureña.

Sin embargo, hace 10 años la Lotería tenía cerca de 40.000 puntos de venta a nivel nacional, ahora  escasamente hay alrededor de 2.500.

Marcos Albarrán destacó que estos juegos permiten obtener un ingreso financiero para hacer un trabajo benéfico.  En hospitales de Rubio, Táriba y San Cristóbal  ya han comenzado  a hacer reparaciones a nivel de plantas eléctricas y ascensores  para devolverles la operatividad.

Anggy Polanco / Corresponsal La Opinión 

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