Fueron los árboles de la selva del Guaviare los que recibieron entre sus ramas una avioneta que había desaparecido desde el pasado 1 de mayo con siete ocupantes a bordo cuando sobrevolaba las aguas de Apaporis, un río que limita con el Caquetá.
15 días después y tras 370 horas de búsqueda, las autoridades confirmaron el hallazgo de 3 cadáveres. Aunque a su paso por el espeso bosque, han dejado algunas pistas como un tetero rosado que condujo a los rescatistas hasta la aeronave de matrícula HK 2803 suspendida en el aire a escasos metros de tierra.
El hallazgo fue posible por el trabajo de Wilson, un canino de las Fuerzas Militares que le siguió la pista al olor de un bebé de 11 meses, gracias a un biberón rosado cubierto de barro.
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Esa pista motivó a los organismos de socorro a continuar con su labor y metros más adelante, en la vereda la Palma, en zona rural de Solano (Caquetá), los socorristas miraron al cielo y encontraron flotando la avioneta. Dentro de ella, el cuerpo sin vida del piloto, Hernando Murcia Morales, junto a él ropa, zapatos y algunos artículos personales de los otros ocupantes a quienes encontraron horas más tarde.
Ambos fueron identificados como Herman Mendoza Hernández, copiloto y Magdalena Mucutuy Valencia, madre de los cuatro niños.
Siguiendo esa nueva pista, unidades especiales de las Fuerzas Militares junto a la Fuerza Aérea Colombiana, el Servicio de Búsqueda y Rescate de la Aerocivil, la Defensa Civil, el Cuerpo Nacional de Bomberos, la Cruz Roja e integrantes de la Organización Nacional de los Pueblos Indígenas de la Amazonía Colombiana unieron esfuerzos para encontrar a Lesly Jacobombaire Mucutuy (13 años), Soleiny Jacobombaire Mucutuy (9 años), Tien Noriel Ronoque Mucutuy (4 años) y el niño Cristin Neriman Ranoque Mucutuy (11 meses).
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La búsqueda siguió con premura al punto de encontrar nuevas pistas horas más tarde. Los niños habrían construido una especie de refugio con palos, ramas y hojas grandes para cubrirse de las intensas lluvias. Además, encontraron unas tijeras. Siguiendo esas pistas, los rescatistas lograron dar con el paradero de los niños.
La búsqueda siguió con premura al punto de encontrar nuevas pistas horas más tarde. Los niños habrían construido una especie de refugio con palos, ramas y hojas grandes para cubrirse de las intensas lluvias. Además, encontraron unas tijeras. Siguiendo esas pistas, los rescatistas lograron dar con el paradero de los niños.
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