A tres horas de Cúcuta, en Chitagá y como un deslumbrante rincón turístico, Norte de Santander cuenta con una de las fuentes hídricas más ricas, nutrida de la belleza y pureza que nace de los frailejones, en el páramo del Almorzadero.

Sin embargo, este complejo ecosistémico ha sido víctima del cambio climático y sus variantes, que han ocasionado algunos incendios, afectando algunas fincas que se dedican a cuidar y preservar estos lugares.

A raíz de esto, soldados de la Trigésima Brigada del Ejército se unieron a la comunidad para sembrar 500 frailejones en uno de los terrenos ubicados en la finca Ecoturística El Rincón de Comagueta en la vereda Presidente. 

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A 3.440 metros sobre el nivel del mar, en el páramo del Almorzadero que conecta con los municipios de Cerrito, Concepción y Málaga en Santander; Chitagá y Silos en Norte de Santander. El olor a húmedo, el color verde de la naturaleza y los paisajes que encierran a las lagunas, son de sus fantásticas características.

Por eso, el Ejército junto con la Alianza Biocuenca, ISER Pamplona, Alcaldía de Chitagá y los campesinos unieron sus esfuerzos para lograr un objetivo: restablecer el páramo.

Una finca diversa

La finca ha sido cuidada y preservada por Luz Marina Valderrama López, una mujer santandereana que, aunque desconocía las labores del campo, decidió hace 15 años dejar la rutina de la ciudad por vivir más cerca de la paz que trae la naturaleza. 

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“Cuando yo llegué lo primero que vi fue hermosura por todos los paisajes, agua, el verde de las montañas, ecosistema precioso. Mi idea era seguir trabajando apostándole a tener un emprendimiento ecoturístico, pero sin dañar lo que ya estaba establecido”, aseguró luz Marina.

Se conoció por los pobladores que, hace muchos años, parte de ese páramo era frecuentado por grupos al margen de la ley. Sin embargo, y con el tiempo, este estigma fue cambiando con la importancia de la naturaleza. “Yo digo que es una manera de quitarle ese estigma a la zona y al municipio haciendo cosas en pro de que se muestre la cara bonita y que no son la violencia”, añadió Luz Marina.

Aunque en un principio no sabía y desconocía la importancia de lo que estaba a su alrededor, con el tiempo se nutrió de capacidades para prosperar en este lugar. “Yo soy una mujer polifacética, pues, antes de venirme para acá era estilista profesional. Ahora no corto pelo de humanos, sino de ovejas”, expresó.

Ahora, con los conocimientos que le han permitido crecer, invita a las personas para que aprecien estos espacios. 

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“Tenemos una mina de oro en nuestras manos. Aún estamos a tiempo de conservar y de construir cosas hermosas en pro de la naturaleza. Nosotros nos vamos a extinguir, pero la naturaleza sigue. Es importante cada acción que hagamos en torno a la conservación y a la preservación, porque detrás de nosotros vienen otras generaciones, no podemos ser egoístas y hay que dejarles algo a ellos”, dijo Luz Marina.

El páramo y su riqueza

En este espacio ecoturístico, que se diferencia del páramo de Santurbán por ser una zona más montañosa, con más valles, flora y fauna, hay varias lagunas como las de Comagueta, El Salado y El Cóndor, que se caracterizan por ser un corredor importante para el cóndor, ave emblemática de Colombia.

Así mismo, la variedad de climas que rodea a Chitagá, uno de los municipios donde se encuentra el páramo, hacen prósperas las producciones de café, plátano y yuca. En especial, el durazno, por la vía que va hacia Cúcuta, donde son evidentes en tiempos de cosecha. 

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“Todo lo que significa páramo es agua y el agua, para nosotros que somos agricultores, es la fuente de vida, la fuente de producción económica, porque todos los cultivos van a necesitar agua”, expresó Martín Vera, un campesino del municipio.

La siembra de frailejones

El coronel Rodolfo Pérez Castro, comandante del Batallón de Infantería Número 13 General Custodio García Rovira, en Pamplona, aseguró que la siembra de frailejones es fundamental para avanzar y contribuir con el medio ambiente.  “Lo que queremos con estas actividades es poder recuperar toda esta fuente hídrica y de igual forma los ecosistemas que se están afectando por el cambio climático”, aseguró el oficial.

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Ellos desde sus actividades, a partir del único vivero existente en la región, hacen posible esa iniciativa. “Nos encargamos de lo que es la parte de la germinación de la semilla, por medio de nuestro vivero, y ya una vez las plantas, los frailejones, están en las condiciones óptimas para trasplantar”, añadió.

El trabajar junto con la comunidad, integrarse y sentir su afinidad, hacen posible esta iniciativa. Con esto, se busca crear más alternativas económicas que contribuyan al medio ambiente, aunque Chitagá históricamente haya sido minera, hoy en día se busca preservar los ecosistemas, evitando continuar con la explotación.

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