Las liquidaciones de Coomeva y Medimás han dejado una deuda de más de 3.2 billones de pesos a los hospitales y clínicas del Departamento Norte de Santander.
De acuerdo a cifras del Instituto Departamental de Salud, solo Medimás tiene un pasivo de $162.857.471.498 millones hasta la última actualización de marzo. De este total, $86.757.348.212 millones es de la red pública y $76.100.123.284 de la privada.
De los centros públicos la mayor deuda acumulada por esa EPS es con el Hospital Universitario Erasmo Meoz, por una suma de $73.779.884.354. En la base de datos del principal centro hospitalario de la región, ese monto es mayor y se fija en el orden de los $86.510.944.736 solo con Medimás y con Coomeva por $18.407.172.267 millones, lo que da un total entre ambas de un poco más de 104.918 millones de pesos.
En la red privada, Medimás tiene su mayor pasivo en el departamento con la Clínica de Cancerológica Norte de Santander por un total de $23.494.561.430 millones.
A noviembre de 2021 la Superintendencia Nacional de Salud (Supersalud) cuantificó en 1,5 billones de pesos el monto de las obligaciones de esta EPS Medimás con sus proveedores, prestadores de servicios y tecnologías en salud.
En el caso de Coomeva, la EPS tenía pasivos cercanos a los 1,7 billones de pesos, un nivel de endeudamiento de 1,6 veces sobre el valor del activo, una brecha de 204.230 millones de pesos en el patrimonio adecuado y unas pérdidas acumuladas superiores al billón de pesos.
Durante 2021, el 40% del pasivo de Coomeva se concentraba en 30 acreedores por valor de $700.352 millones, lo cual generaba un alto riesgo de liquidez por la probabilidad de incumplimiento en esas obligaciones.
No hay quien pague
Arístides Hernández Duarte, presidente de la Asociación Nacional Sindical de Trabajadores y Servidores Públicos de la Salud y Seguridad Social Integral y Servicios Complementarios de Colombia (Anthoc), en Norte de Santander, dijo que estas deudas generan un desequilibrio del sistema de salud, al punto que algunas IPS privadas “han tenido que cerrar sus puertas por este no pago”.
Explicó además que no existe garantía de pago porque los agentes liquidadores “lo que hacen es que si te debo 1.000 millones te ofrecen 300 para pagártelos en 2 a 3 años. Eso no alivia en nada a los hospitales y como nadie responde porque el agente liquidador es la misma Superintendencia que es la que debería velar por la plata de los hospitales, pues a ellos no les importa lo que ocurra”, agregó.
Mencionó casos particulares como el del Hospital Mental Rudesindo Soto, donde las últimas EPS liquidadas (Salud Vida, Medimás y Coomeva), “dejaron un hueco de más de 4.500 millones de pesos para un hospital que maneja 12 mil millones de presupuesto anual”, mencionó.
A esto se suma el problema del traslado de los usuarios que se segregan a las otras EPS, porque las receptoras se tardan dos y tres meses para volverle a activar los servicios. “Eso quiere decir que en ese tiempo, esos 380 mil afiliados que tenía el Departamento Norte de Santander de Medimás, ese giro directo no va a llegar por ningún lado”, explicó.
A su juicio, las consecuencias las pagan los usuarios, los trabajadores y las empresas sociales del Estado que son las que están obligadas a prestar el servicio.
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