Luego de contribuir a que el corredor vial de cuarta generación entre Cúcuta y Pamplona fuera una realidad, la Agencia Nacional de Infraestructura (ANI) concentrará ahora sus esfuerzos en la consolidación de dos plantas de tratamiento de aguas residuales (PTAR) que requieren Cúcuta y los municipios del área metropolitana.
Y es que a propósito de la revalorización que ha tenido el agua en los últimos tiempos, como consecuencia de la crisis desencadenada por el fenómeno de El Niño, Francisco Ospina Ramírez, presidente de la ANI, destacó el compromiso de impulsar este proyecto en Norte de Santander, donde cerca de un millón de personas se servirían de estas plantas de tratamiento.
“Este proyecto en particular es una gran oportunidad para esta región”, dijo Ospina durante su intervención en la reciente entrega de la vía 4G.
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El funcionario reiteró que, de parte de la ANI, Norte de Santander puede contar con los esfuerzos técnicos y humanos “para ir a tocar las puertas de las diferentes instancias del Gobierno Nacional para que sea una realidad en la región”.
Al recordar que la materialización de un proyecto como las PTAR implica una inversión de 1.2 billones de pesos, precisó que requerirá de vigencias futuras y llamó a los gobiernos locales a unir esfuerzos para lograr una cofinanciación.
Durante su visita a la región para la inauguración de la carretera Cúcuta-Pamplona, William Camargo, ministro de Transporte, también reflexionó sobre la situación de las fuentes hídricas aptas en el país y la posibilidad de acceso a este servicio básico que tienen los colombianos.
En este sentido, se mostró de acuerdo con la idea de priorizar el proyecto de saneamiento de aguas residuales, sobre todo porque considera que aunque la consolidación de la infraestructura vial es importante para el país, también lo son “elementos básicos como el saneamiento y la provisión de agua potable”, del cual carecen un número importante de municipios en el país.
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“Las vigencias futuras, que son de todos, también deben servir a esos colombianos. Por eso tenemos que buscar otras fuentes cuando generamos riqueza, para que el sector pueda tener su agencia propia y esas vigencias puedan migrar a otros sectores como el de saneamiento básico, para que también tengan la inversión del Estado”, dijo Camargo.
Referenció que la inversión en la construcción de vías, hasta mediados de abril, ha sido de 124 billones de pesos, mientras que la requerida para garantizar agua potable a todo el país es de 100 billones.
“Esta es una decisión que no discutimos y ya transitamos sobre ella, pero se nos olvidó que hay una serie de departamentos y municipios del país que no tienen agua potable. Es una responsabilidad como Estado”, sostuvo el jefe de la cartera de Transporte.
¿En qué va la propuesta?
Después de su elaboración, el proyecto de las PTAR para Cúcuta y su área metropolitana fue radicado ante el Ministerio de Vivienda a mediados de 2023, donde espera por el estudio de viabilidad, indicó Diego Mora, gerente de la Empresa de Acueducto y Alcantarillado de Cúcuta.
Una vez estudiado y aprobado por el Ministerio de Vivienda, el paso siguiente será la evaluación y posterior aprobación –de ser el caso- por parte del Gobierno Nacional, al que le corresponde financiar el 70 por ciento del proyecto, es decir, un poco más de 800 mil millones de pesos.
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De acuerdo con las proyecciones, esta infraestructura permitirá el saneamiento hasta de un 95 por ciento de las aguas que se vierten a los ríos Pamplonita y Zulia, y con ello contribuir a limpiar las aguas del Lago de Maracaibo, en Venezuela, la cuenca donde desembocan estos afluentes.
Así es el proyecto
El plan radicado ante el Ministerio de Vivienda contempla la construcción de dos sistemas de purificación de aguas. El primero corresponde a la Planta Pamplonita, con la PTAR El Peñón, con capacidad para 2.600 litros por segundo, donde se tratará el 80 por ciento de las aguas residuales de los municipios de Cúcuta, Villa del Rosario y Los Patios.
El segundo sistema es el Tonchalá (600 litros por segundo), con la PTAR del mismo nombre que tratará el 20 por ciento de las aguas residuales de Cúcuta y San Cayetano.
La ejecución de este proyecto está estimada en 24 meses, mientras que las etapas de operación y mantenimiento se proyectan a 168 meses, es decir, 14 años.
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