La Iglesia Católica, a través del Banco de Alimentos de la Diócesis de Cúcuta, en colaboración con la empresa privada y articulada con el Batallón de Apoyo de Acción Integral y Desarrollo Nº2 el Ejército Nacional, envió siete camiones con 50 toneladas de alimentos, enseres y kits de aseo, para paliar la crisis de desabastecimiento que enfrentan las personas que decidieron quedarse en el territorio afectado por el conflicto armado.
Carlos Escalante, director del Banco de Alimentos de la Diocesis de Cúcuta, indicó que este cargamento se logró gracias a los aportes que se recibieron a través de las 112 parroquias de la ciudad, pero también desde los bancos de alimentos de Bogotá y Bucaramanga, así como de la empresa privada.
“Estas ayudas serán entregadas al obispo de Tibú, monseñor Israel Bravo Cortez, para que sean distribuidas en las parroquias de ese municipio, La Gabarra y El Tarra, que lleguen hasta la población que quedó en territorio y está pasando necesidad”, dijo Escalante.
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Por su parte, el brigadier general Carlos Caycedo, comandante del grupo de Apoyo de Acción Integral y Desarrollo del Ejército, detalló que el acopio de estas ayudas comenzó el pasado jueves 23 de enero en Bogotá, con el apoyo del Banco de Alimentos allá y la Corporación Minuto de Dios, donde se recogieron las primeras 38 toneladas.
En la tarea de clasificación y organización de estos alimentos y enseres participaron más de 200 voluntarios, entre religiosas, agentes de pastoral, sacerdotes y miembros de la iglesia, además de soldados del Ejército, quienes vienen cumpliendo con esa función de logística y acopio desde el inicio de la crisis humanitaria.
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Estas ayudas se suman al permanente envío de alimentos y enseres que permanentemente está haciendo el Gobierno nacional a través de la Unidad para las Víctimas, el ente que está a cargo de la atención de esta emergencia humanitaria, que a la fecha ha destinado para las víctimas de desplazamiento forzado en la entidad 190 toneladas de alimentos y enseres, y gestiona 224 más.
Adicionalmente, a esta causa humanitaria se han sumado otros organismos, como la Cruz Roja Colombiana en articulación con sus filiales internacionales, que ha atendido más de 6.000 familias en Tibú, Ocaña y Cúcuta.
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