Su nombre no pasa inadvertido. Llamarse igual que uno de los mejores ciclistas que ha tenido el país lo pone rápidamente en el radar del público y hace que a muchos les despierte curiosidad. Lo suyo, sin embargo, no son las ciclas, sino los negocios, las empresas, los emprendimientos.
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Santiago Botero Jaramillo es un antioqueño, fundador de Finsocial, una de las principales Fintech de Colombia, y del grupo empresarial SBO Lab Company Builder, a través del cual ha creado, incubado e impulsado a más de 35 empresas a nivel nacional e internacional.
Y aunque la política nunca ha hecho parte de su vida y tampoco se imaginó algún día entrar en ese campo de arenas movedizas, un sueño lo llevó a trazarse un nuevo reto en su carrera: ser presidente de la República en 2026.
Fue así como en octubre del año pasado se convirtió en uno de los primeros en lanzarse al agua y anunciar públicamente su intención de dar la pelea por llegar al Palacio de Nariño, con el respaldo del movimiento ‘Colombia pa’ lante unida’, a través del cual buscará firmas para avalar su aspiración.
“Santiago Botero es una persona que quiere que Colombia sea como una empresa. Para eso se necesita eficiencia, se necesita que sea responsable socialmente también con la comunidad, que sea amable con el medio ambiente, pero que dé rendimientos, o sea, que dé utilidades, porque si no da utilidades, pues se cierra. Esa es la visión con la que quiero manejar al país”, planteó el empresario en diálogo con La Opinión, durante una visita que hizo este miércoles y jueves a la ciudad.
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Botero no se considera ni de derecha, ni de izquierda, así como tampoco de centro, pues dice que es alguien que cree más en las ideas, en las personas, en sus proyectos y propuestas, más que en el ala política que se ubiquen.
Desde que se lanzó al agua, le han empezado a ‘coquetear’ para que haga parte de coaliciones, pero él asegura que, por ahora, no lo está considerando, toda vez que está convencido de que llegará hasta el final.
Incluso, en su cabeza, pero también en la estructura de su proyecto presidencial, el empresario ya tiene una lista de nombres que invitaría a hacer parte del gabinete, en un eventual gobierno suyo. En ese grupo figuran, por ejemplo, el general (r) Eduardo Zapateiro, quien sería su ministro de Defensa; la congresista Marelen Castillo, exfórmula vicepresidencial del fallecido Rodolfo Hernández, a la que le delegaría el Ministerio de Educación; el exsenador Jimmy Chamorro, quien podría ser canciller o ministro del Interior; Jonathan Malagón, ministro de Vivienda o de Hacienda, entre otros.
Reconoce que el no tener experiencia política puede ser una desventaja, porque deberá dedicarle mayor tiempo y esfuerzo a darse a conocer, posicionar su nombre, su hoja de vida y sus ideas, pero también cree que esto es un punto a favor, como quiera que los colombianos podrán verlo como una cara nueva y un líder distinto.
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“Siento que la diferencia con los demás (precandidatos) es que los otros han estado en la política, y estar en la política no está mal, pero yo creo que la mayoría de los que están allá son politiqueros y un politiquero es el que vende el alma por un contrato y de eso sí es lo que los colombianos estamos cansados”, planteó.