La tarde de ayer, cuando el reloj marcaba las 12:30 del mediodía, la comunidad del asentamiento humano Nueva Ilusión, se agrupaban a los alrededores de la vivienda de Ramiro Antonio Pinzón, y veían cómo miembros de la Brigada Interinstitucional de Homicidios (Brinho), sacaban su cuerpo sin vida, tras ser asesinado.

La conmoción y los interrogantes sobre quién se habría “atrevido a asesinar a un hombre mayor de edad que solo se dedicaba a trabajar para subsistir”, se repetía una y otra vez entre los residentes del sector.

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El hecho se registró en la manzana T, Lote 6 de este sector de la Comuna 8 de Cúcuta, en horas de la mañana, después de que, al parecer, un menor de edad, ingresara a la propiedad de Ramiro Pinzón, para hacer una recarga.

Y es que, en la vivienda del hombre, de 64 años, funcionaba un establecimiento comercial donde sus vecinos llegaban a pagar los recibos, hacer recargas y a jugar video juegos.

“A El Paisa lo encontró un niño, supuestamente iba por una recarga. Al parecer, abrió la reja porque lo llamó varias veces, y como no salía decidió entrar y vio un charco de sangre. Del miedo salió corriendo, y cuando llegó otro vecino, se encontró con el señor muerto”, aseguró un vecino.

La escena era completamente aterradora: Ramiro Antonio, quien se encontraba tendido en el suelo, medio desnudo, tenía múltiples heridas en su pecho, provocadas por un arma punzocortante. Lo que hizo que la comunidad diera aviso a las autoridades policiales de manera inmediata para que atendieran el caso.

En cuestión de minutos, una patrulla de la Policía Metropolitana arribó al sitio y tras verificar la información acordonaron la zona y solicitaron la presencia de la Brinho para que se encargara del levantamiento y la inspección de la escena del crimen.

Durante la diligencia, las autoridades aseguraron que la residencia de la víctima se encontraba desorganizada, pues, algunas de las pertenencias de El Paisa, se hallaban en el suelo.

Sin embargo, los dispositivos móviles que empleaba el hombre para laborar se encontraron intactos.

Una persona tranquila

Al parecer, Ramiro Antonio llevaba años viviendo y laborando en el asentamiento humano Nueva Ilusión.

Según sus vecinos, nunca habría tenido problemas con nadie y era muy precavido.  “El Paisa, siempre tenía el negocio abierto, pero en las mañanas cuando la gente llegaba a hacer las recargas, los atendía desde las rejas de su casa, solo en las tardes dejaba que entraran, y eso porque tenía los video juegos”.

Este hecho, fue una de las incógnitas que asecha a la comunidad, pues no entienden quién se atrevería a hacerle daño, si “no era una persona que le gustara pelear y eso que a la casa a veces le llegan algunos muchachos a consumir”.

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Asimismo, quienes conocieron a la víctima afirmaban que era una persona muy limpia y que le encantaba tener todo en orden, pero todo cambió el día de su asesinato.

“Desde muy temprano, uno se encontraba al señor haciendo aseo afuera de su casa. Le gustaba que todo estuviera en su sitio, cada vez que uno pasaba, lo encontraba limpiando las rejas, el porche. No se quedaba quieto”.

Algunos vecinos inclusive señalaron que el día previo a su muerte, el hombre habría lavado su casa e irónicamente el día que lo asesinaron, “su sangre se encontraba por todos lados”.

Al cierre de esta edición, aún se desconocen cuáles serían los móviles del hecho que llevaron a su asesinato, por lo que las autoridades han comenzado las investigaciones para dar con el o los responsables.

Lo que más ha tomado fuerza es que habría sido por robarlo.

Presuntamente, cerca al lugar del hecho se hallaron algunas cámaras de seguridad que serían pieza clave para la investigación.

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