Por la zona rural de Cúcuta, especialmente la que colinda con Puerto Santander, El Zulia, Tibú y parte de la frontera con Venezuela, se vuelve a sentir un ambiente de penumbra que mantiene bajo la zozobra a quienes viven allí.
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Los habitantes de esa vasta área han vuelto a sentir pánico, desconfianza e incertidumbre desde finales de diciembre de 2022, cuando comenzaron a ver que las Autodefensas Gaitanistas de Colombia (Agc) estaban apareciendo nuevamente, pero ahora con mucha más fuerza y hombres. Mientras que el Eln también sigue manteniendo el control en esa zona.
Y esto sucede cuando las autoridades civiles, policiales y militares de Cúcuta aseguraban que esa banda criminal estaba agonizando, luego de los duros golpes que le han dado y la guerra a muerte que mantiene contra el Eln desde diciembre de 2020, cuando ingresaron a esa zona.
Pero lo que han podido ver quienes viven en esta zona y que lo han confirmado algunas organizaciones defensoras de derechos humanos, es que los gaitanistas tomaron un nuevo aire y están resurgiendo con más poder en armas e integrantes.
Aunque ninguna autoridad lo quiere aceptar abiertamente, las Agc tendrían un enorme campamento ubicado en la parte más alta entre Palmarito, Banco de Arena, Vigilancia y Totumito-Carboneras, donde habrían carpas para resguardar alrededor de 200 hombres fuertemente armados.
Además, ya hay quienes se atreven a decir que Jobanis de Jesús Ávila Villadiego, alias ‘Chiquito Malo’, máximo jefe de esta estructura criminal, estaría en esta zona organizando todo para quitarle terreno al Eln y así dominar todos los negocios ilícitos que se dan, especialmente por la zona de frontera. Pero también estaría pensando en el proceso que la ‘Paz total’ que busca el gobierno del presidente Gustavo Petro.
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Y lo peor de todo es que la Defensoría del Pueblo ya había advertido que estoy iba a pasar en este territorio, en las Alertas Tempranas 035 de 2021 y 011 de 2023, además de sus informes de seguimiento del 31 de diciembre de 2021 y 20 de diciembre de 2022, pero ninguna autoridad le ha prestado atención.
Alertas y pánico
Precisamente, ante esta situación, la Fundación Progresar decidió presentarles a los ministerios de Defensa e Interior una acción urgente para que el Gobierno Nacional tome cartas en el asunto y evite que se llegue a registrar algo más grave, como una masacre o un desplazamiento masivo, como ya ocurrió en años anteriores.
Sin embargo, entre el corregimiento Banco de Arena, Puerto Santander y San Faustino, en lo que va de este año, se han registrado ocho asesinatos selectivos, dejando entrever que la amenaza contra la población civil está latente.
Además, esta organización defensora de derechos humanos afirmó que los dos últimos años han sido nefastos para los líderes sociales en Norte de Santander con el accionar de grupos armados ilegales como Agc, Eln y disidencia, entre otros. Según su análisis, en 2021 fueron amenazados 37 de ellos, mientras que en 2022 la cifra subió a 67.
Wilfredo Cañizares, director de esta oenegé, aseguró que el resurgir de los gaitanistas tiene en peligro a los habitantes de 35 veredas y cuatro corregimientos de Cúcuta, al igual que en Puerto Santander y El Zulia.
“Alrededor de 10.000 personas están en alto riesgo a raíz de ese proceso de expansión que se viene dando en el último año de los gaitanistas, pero los recientes hechos, en los primeros 30 días de este año, indican que puede ocurrir una tragedia en estas comunidades”, sostuvo el representante de la Fundación Progresar.
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Según Cañizares, tuvo que recurrir al Gobierno Nacional porque no han encontrado respuesta de las autoridades locales y regionales. “El alcalde de Cúcuta (Jairo Yáñez) es responsable de lo que ocurra en adelante. Lo hacemos responsable por los hechos de violencia que puedan ocurrir a partir de la declaración de esta acción urgente y rechazamos de manera contundente la negación del alcalde y del comandante de la Policía Metropolitana de Cúcuta (Mecuc) de los hechos graves que están ocurriendo en el sector rural”.
Y a esto se suma, las declaraciones de otros organismos defensores de derechos humanos, asegurando que en el consejo de seguridad que se dio a finales de enero entre la administración municipal y otras autoridades, se habría afirmado que en la zona rural de la capital de Norte de Santander no estaba ocurriendo nada grave y que todo era la dinámica que se vive desde hace años en esa región que está cerca de la frontera y el Catatumbo.
“En esa reunión se habló de lo que viene pasando en estos sectores y todos ellos comenzaron a decir que no era tan grave como se decía. Además, decían que están adelantando algunas acciones, pero nosotros nos preguntamos ¿cuáles acciones?, porque por allá la Policía no sale de las estaciones y hay gente que dice que solo se ven cuando le cobran las ‘vacunas’ a los contrabandistas”, comentó un defensor de derechos humanos de la ciudad, que pidió reserva de su identidad por seguridad.
La Opinión también habló con algunos habitantes de esa zona y contaron que efectivamente los gaitanistas tienen una presencia fuerte en estos momentos, donde se estarían haciendo patrullajes de día y de noche, pero que también el Eln no ‘baja la guardia’ y el riesgo es cada vez más grande.
“Hace unos días, 15 hombres, vestidos con uniformes militares y portando armas de largo y corto alcanzo, que se movilizaban en motos, se pasearon por varias poblaciones y luego de identificarse como Agc, le indicaron a la gente que ellos no se habían ido de la zona y que ahora estaban más fuertes que nunca y que quien estuviera con la guerrilla lo iban a matar”, contó un labriego de esa zona.
Añadió: “en algunas casas tomaron unas fotos y hasta hicieron un listado, eso nos tiene con pánico porque ellos aseguraron que ya sabían quién era el que le pasaba información al Eln y que lo mejor era que se fuera”.
Y lo peor de todo fue que horas más tarde, un grupo del Eln también patrulló por la misma zona, preguntando qué estaban haciendo los ‘paracos’ en ese lugar y, además, amenazaron a la comunidad que no podían hablar con ellos. “Si ve, estamos entre dos grupos armados ilegales y viviendo una guerra que no es de nosotros”, dijo un residente de esa zona.
Pero los defensores de derechos humanos también han conocido que los gaitanistas han cambiado de estrategia con la comunidad y que están enamorando niñas y mujeres, dándoles regalos y hasta dinero, además, están alquilando casas en algunos puntos urbanos para camuflarse entre la comunidad, lo que pone más en riesgo a los civiles.
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“Ellos quieren crear un tipo de arraigo para ganarse la confianza de la gente y así no permitir que se den acciones armadas o que las autoridades los capturen. Esto nos preocupa mucho más”, sostuvo un defensor de derechos humanos.
Las Agc también tiene constreñidos a tenderos, transportadores, arroceros, ganaderos, mineros, palmicultores o cualquier otro habitante de estas poblaciones o caseríos para que paguen las ‘vacunas’.
Este medio conoció que las personas deben pagar la ‘vacuna’ por todo. Por lo menos, por un bulto de arroz deben cancelar $4.000 o por dejar trabajar un tractor o una máquina para cortar el arroz, les cobran $500.000, si los labriegos son dueños de más de una hectárea también deben dar dinero.
“Acá en la zona rural nos toca pagar por todo, hasta por las hectáreas que tenemos para producir. Cada día resulta peor vivir en este sitio, pero si nos vamos para Cúcuta u otra ciudad no tenemos en qué trabajar, entonces nos toca quedarnos callados, mirar para otro lado y pagar lo que nos exigen. Nadie denuncia por miedo o porque se sabe que ellos se enteran de todo”, comentó un habitante de esa zona.
Eln sigue presente en el territorio
El Eln también sigue firme allá, manteniéndose con el cobro de extorsiones y manejando negocios ilícitos como el narcotráfico, comercialización de armas, el paso por las trochas y controlando el contrabando de productos colombianos que entran a Venezuela.
Y precisamente por lo que viene pasando, otro labriego de esa zona también señaló que en estos momentos la situación por ese territorio es complicada porque están reteniendo gente para investigarla, tanto los gaitanistas como los elenos.
Las personas también creen que posiblemente se podría dar una alianza entre algún frente de la disidencia de las Farc y los gaitanistas, pues saben que deben enfrentarse con el Eln para quedarse con esa zona y así también podrían entrar hacia el Catatumbo para volver al manejo de las plantaciones de coca.
Algunos cultivadores de hoja de coca señalaron que por ahora no han podido resembrar y las hectáreas que les quedan le están sacando producción, pero la venta de la base de coca cayó y las ganancias que obtuvieron hasta finalizar 2021 no regresaron. “Eso ya dejó de ser un buen negocio, ahora se convirtió en un problema”, recalcó un campesino.
“Y lo más preocupante es que el Eln tampoco se va a dejar, por ahí ya se escucha que están llegando más guerrilleros a este territorio. Mejor dicho en cualquier momento por acá se puede armar un enfrentamiento, donde no van a respetar a nadie y cualquier persona va a ser asesinada”, manifestó otro habitante de ese sector.
Agregó: “por el casco urbano de Aguaclara se están viendo hombres muy raros, que no son de la zona. Hay quienes dicen que unos son de los gaitanistas y otros del Eln, la vaina se está complicando y lo peor de todo es que por acá no viene ninguna autoridad, por lo menos, el martes (pasado) invitamos al Personero de Cúcuta para que nos acompañara a una reunión con la comunidad y nos dijo que no podía porque le preocupaba la seguridad, entonces imagínese eso, ahora cómo estamos nosotros”.
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También se conoció que el Eln ya dio la orden de que quienes sean familia o allegados de los integrantes de los gaitanistas y que viva en Puerto Santander o sus alrededores, debían abandonar ese territorio porque los iban a matar, como ya ha sucedido. Y es que este grupo armado tendría una lista con fotos de esas personas que tienen nexos con las Agc.
¿Qué están haciendo las autoridades?
Aunque Policía y Ejército ya tienen conocimiento de lo que viene ocurriendo en esa zona de Cúcuta y el área metropolitana, no creen que los gaitanistas estén tan fuertes y que cuentan con toda esa cantidad de hombres en armas.
“Esos criminales están muy golpeados, de pronto si deben haber varios de ellos. Lo que pasa es que andan de civil y siempre se mueven en motos, entre cuatro o cinco. Asustan a la gente porque se la pasan armados, pero cuando nuestras tropas llegan a la zona, ellos se camuflan entre la comunidad y como nadie denuncia algo, es muy difícil hacer algo”, señaló el coronel Ángel Fernando Carvajal Rojas, comandante de la Trigésima Brigada del Ejército.
El alto mando militar también sostuvo que por ese territorio tienen un grupo de uniformados del Grupo de Caballería Mecanizado N° 5, General Hermógenes Maza. Sin embargo, la comunidad dice que los soldados no se ven por ningún lado y que siempre permanecen sobre la vía principal Cúcuta-Puerto Santander.
Asimismo, el coronel Carlos García, comandante (e) de la Policía Metropolitana de Cúcuta (Mecuc), sostuvo que sus hombres vienen adelantando un trabajo de vigilancia y control en la zona rural de Cúcuta, Puerto Santander y El Zulia.
“Los policías tienen la orden de hacer presencia en estas zonas para no permitir que se sigan cometiendo delitos, además, deben estar siempre del lado de la comunidad para prestar mayor seguridad”, afirmó el oficial.
Los dos altos mandos del Ejército y la Policía no creen que por ese territorio este ‘Chiquito malo’, pues consideraron que se pondría en mucho riesgo con la presencia del Eln, que tiene un dominio extenso por toda la zona de frontera.
Según las autoridades, quien hoy está comandando esa estructura que se hace llamar frente Luis Orlando Padierna, de las Agc, es Wilfredo de Jesús Torres Gómez, alias ‘Necoclí’, quien fungió como líder de Los Rastrojos hasta 2019, cuando fue capturado en Carabobo (Venezuela), pero el año pasado recobró la libertad.
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“Sabemos que por encima de ‘Necoclí’ estaría alguien a quien le dicen ‘Lapíz’, pero en estos momentos no está en la zona porque lo mandaron a llamar a Urabá”, comentó una fuente judicial.
Pero hay fuentes de inteligencia que manifestaron que las Agc si estarían reagrupándose y tratando de hacer una alianza con otra estructura armada para combatir al Eln, porque quieren dominar esa zona de frontera y que colinda con el Catatumbo.
“Vea hay un punto muy claro, ‘Chiquito malo’ estaba en Urabá, pero parece que se vino para el Magdalena Medio a ganar terreno y también se metió a esta zona de Norte de Santander, porque está expandiendo su dominio, además, quiere demostrarle al Gobierno que tiene un poder muy fuerte y que por eso deben tener el proceso de ‘Paz total’”, argumentó la fuente.
Y esa información de la supuesta presencia de ‘Chiquito malo’ en esta zona se estaría haciendo muy fuerte porque hay personas que aseguran que los gaitanistas tienen un jefe muy custodiado. “Nosotros vemos que uno de esos tipos se mueve como con 40 escoltas, donde llega se ve esa cantidad de hombres uniformados y ‘armados hasta los dientes’, cuando se dirigen a él, lo hacen diciéndole patrón”, comentó un campesino.
Agc en la ‘Paz total’
Precisamente, las Autodefensas Gaitanistas de Colombia están entre las organizaciones criminales que le dijeron al presidente Petro que querían negociar la ‘Paz total’ en el país, por eso hoy gozan de unos beneficios por parte de las autoridades.
Pero eso, según expertos en seguridad, lo que ha provocado es que esta organización ilegal se esté fortaleciendo y haciendo una expansión como lo que ocurre en estos momentos.
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“A pesar de las denuncias que se están haciendo por lo que ocurre en la zona rural de Cúcuta, Puerto Santander y El Zulia, las autoridades no pueden adelantar ningún operativo, pues se podría tomar como un sabotaje al proceso de paz que busca el Gobierno Nacional. Si la Policía o el Ejército quieren adelantar algo contra los gaitanistas o el Eln, debe pedir permiso ante el Ministerio de Defensa. Lo único que pueden hacer es esperar a ver en la calle a alguno de ellos que tenga orden de captura, para detenerlo, de resto nada más”, contó una fuente judicial.
Y es que hasta el momento ni policías ni militares tienen un protocolo fijado para situaciones como estas. “Acá estamos confundidos, porque si no actuamos entre nuestras funciones podemos estar cometiendo una omisión, pero si hacemos algo que afecte los procesos de paz, nos pueden hasta sacar de la institución”.
Wilfredo Cañizares aseguró que, “esta organización ha avanzado en unos acuerdos con el gobierno del presidente Petro, para la firma de un cese de hostilidades, pero estos hechos que vienen pasando son supremamente graves y lo que estamos requiriendo del Gobierno Nacional son respuestas que van dirigidas a la política, seguridad y paz”.
Añadió: “entonces lo que queremos saber es si las Autodefensas Gaitanistas de Colombia tienen realmente una voluntad del cese de hostilidades, que debe centrarse principalmente en cesar las acciones contra la población civil, que es lo que no se detiene en el área rural de Cúcuta y Puerto Santander”.
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