El arte del bordado se ha convertido en una forma de expresión para aquellas mujeres que cruzaron la frontera venezolana en busca de una nueva vida en Cúcuta.
Un trabajo manual que sirvió para plasmar los recuerdos y las emociones de la migración en dos libros bordados en páginas de lona costeña y liencillo, con más de 10 horas de dedicación.
Se trata de los proyectos ‘Memorias textiles’ y ‘Memorias textiles desde la frontera’, liderados por la fundación Moiras en Cúcuta, en los que mujeres bordaron, letra a letra, aquellas experiencias que marcaron sus vidas.
“Es una línea de trabajo que venimos desarrollando desde la fundación para empezar la construcción de narrativas y, en esa línea, tenemos dos libros. El primero es un ejercicio de sistematización de la experiencia a través del arte que vamos a presentar en Medellín”, indicó Andrea Quiñónez, directora de la fundación Moiras.
Según Quiñónez, el primer libro ‘Memorias textiles’, surgió a partir de un ejercicio que se hizo con mujeres en el corregimiento de Juan Frío en Villa del Rosario, entre 2018 y 2022, del que surgieron dos tomos.
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El reto, aseguran, fue comprender que son piezas que no se crean para la inmediatez, sino que implican “gozarse el proceso” de 10 a 15 horas de trabajo por página.
‘Memorias textiles’ cuenta con 76 páginas bordadas por más de 50 personas.
La encargada del diseño del primer libro fue la ilustradora y comunicadora social Susana Godoy, quien usó fotografías de la migración que fueron seleccionadas por las mujeres, para convertirlas en dibujos.
Un proceso digital en el que se hizo la diagramación e impresión del libro para luego continuar con su elaboración en lona costeña, bordado y acabados en máquina de coser.
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Experiencias de retornados

El segundo libro, titulado ‘Memorias textiles desde la frontera’, se fabricó durante 2021 y 2022, en el marco de un proyecto con el Ministerio de Cultura, que buscó describir experiencias de migrantes venezolanas y colombianas retornadas que llegaron al asentamiento humano Alfonso Gómez.
A partir de talleres y ejercicios, se les pidió que escribieran un pequeño relato de su vida que estuviera directamente relacionado con la frontera, del que surgieron tres tipos de historias: los recuerdos de Venezuela, el paso fronterizo y la llegada a Colombia.
“El segundo libro tiene una mezcla de dibujos propios de mujeres participantes, elaborado en liencillo, una tela más fácil de trabajar, es más liviano. Cuenta con 45 páginas. En este no se usaron fotos, las mujeres hicieron un boceto de su dibujo queriendo plasmar sus ideas o emociones”, agregó la directora.
Y en este, el reto no fue solo involucrar a 30 mujeres como participantes, sino como artistas.