Apenas van dos semanas del 2024, pero ya están claros cuáles serán los retos del presidente de la República, Gustavo Petro, en este año. Aunque hay asuntos prioritarios como el trámite de sus reformas, la seguridad y –un poco derivado de este mismo– el avance de los procesos de paz en curso para lograr acuerdos sustanciales, lo cierto es que no puede perder de vista la relación con los mandatarios regionales recién posesionados.

Ese acercamiento comenzó con el pie izquierdo por varias razones. El jefe de Estado no solo le adjudicó el triunfo al Pacto Histórico en algunas regiones, pese a que quienes quedaron electos fueron distantes a su proyecto político, sino que luego trazó una línea roja con los gobernadores. Citó en la Casa de Nariño a aquellos que en algún punto estuvieron alineados con sus ideales y pospuso el encuentro con los demás, incluso haciéndoles desplantes en eventos de carácter nacional, como el que organizó la Federación Nacional de Departamentos.

De ahí que el discurso de autonomía se hiciera cada vez más fuerte, promovido, claro está, por quienes han sido críticos de la gestión de Gustavo Petro. Es el caso de Andrés Julián Rendón, gobernador de Antioquia, quien el año pasado dijo que “invocar la autonomía territorial es un anhelo viejo que está en la Constitución del 91” y se ha encargado de traerlo al presente.

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“Colombia sigue siendo un país fastidiosa y asfixiantemente centralizado, así que todo lo que se haga para que los territorios tengan autonomía será muy importante”, expresó. En este sentido, planteó, incluso, que se modifique el artículo 298 de la Constitución Política para que rece lo siguiente: “Solo los departamentos podrán gravar el impuesto de renta y el patrimonio de las personas naturales y jurídicas domiciliadas en su territorio”.

Con eso, dijo, se duplicarían los ingresos y podrían ser invertidos en otros ámbitos importantes que atiendan a las necesidades de cada región.

Una vez en el poder, la discusión fue más allá, pues la Agencia Nacional de Minería tomó una decisión que le quitaría la delegatura en materia de minas al departamento de Antioquia y así lo comunicó Petro: “Mi gobierno ha decidido terminar la delegatura que en materia de minas se había expedido para el departamento de Antioquia. Recobramos nuestra función constitucional y la ponemos al servicio del pequeño minero”.

Lo anterior no le cayó bien ni al gobernador saliente, Aníbal Gaviria, ni al que recién se posesionaba, quien insistió en que tal determinación responde a un centralismo asfixiante.

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Hoy por hoy, Rendón incluso se dirige al ministro del Interior para señalar que “está mal informado” frente a otras posturas, como es la suya de formar una ‘Red de cooperantes’ que fue interpretada como la manera de armar a la ciudadanía. En Luis Fernando Velasco, sin embargo, reposa la tarea de cerrar las brechas entre los mandatarios locales y regionales con el Gobierno Nacional.

Imagen en contra

Ante este panorama, el profesor de Ciencias Políticas de la Universidad de La Sabana, Cristian Rojas, señala que es evidente que “el discurso de autonomía de las regiones sí se va a potenciar”.

Al no ganar el oficialismo en las elecciones pasadas, de entrada, dice, “uno pensaría que se trata de mandatarios opositores” los que lo promueven, pero a su parecer “este es un gobierno con una imagen deteriorada y cada vez más impopular e ineficiente, y  los mandatarios locales tienen la oportunidad de mostrar cuál es la alternativa”.

Ahí está, además, la oportunidad para aquellos que ya están pensando en hacer campaña de cara al 2026.

“Muchas personas han cifrado sus esperanzas de mejorar la situación del país a partir de esos gobiernos territoriales, municipales o departamentales, y eso hará que los interesados en una campaña no dependan de las dinámicas del Gobierno Nacional, sino que tengas las propias”, añade el experto.

Y como si fuera poco...

Pero Antioquia no es la única región con una relación, por decirlo de alguna forma, tensa con el presidente. Para ilustrarlo, basta con viajar unos kilómetros hacia el norte y llegar a la Puerta de Oro.

En época poselectoral,  al hacer el análisis de cómo quedaba distribuido el poder, la conclusión fue que Petro era un presidente de izquierda en un país de mandatarios de oposición. El profesor Luis Trejos trajo a colación el caso de Barranquilla, donde se impusieron los Char nuevamente, para decir que el reto sería que la administración local se articule con un Gobierno “que no es amigo de la Casa”.

Nadie se imaginaba en ese momento que una crisis uniría a Petro y a Char, obligándolos a sentarse varias horas en la misma habitación para evaluar cómo solventarla: la pérdida de la sede de los Juegos Panamericanos 2027.

Aunque algunos han hecho ver que se trata de una retaliación del mismo Gobierno y el docente de Unisabana le encuentra el sentido, pues en el pasado, por ejemplo, con la suspensión de la licencia ambiental para la ampliación de la Autopista Norte, en Bogotá, “la ex alcaldesa Claudia López lo planteó así, como una venganza contra Bogotá por la elección de Carlos Fernando Galán”, él mismo recuerda que se corre el riesgo de caer en especulaciones.

“Si se hace esa lectura, por supuesto que habrá cada vez una mayor tensión. Pero yo creo que a ambos lados de la cuerda les interesa también aflojar y cooperar. (…) Si bien algunas personas del Pacto Histórico sí salieron a culpar al exalcalde Pumarejo, Petro no lo hizo así”, recuerda.

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Ya el Gobierno asumió que tiene parte de la responsabilidad por no girar el dinero para la concesión de derechos en los tiempos adecuados, entonces lo que queda ahora es mirar hacia adelante y superar un obstáculo que tiene en jaque a Colombia frente a la región.

Y si se quiere ver un futuro esperanzador, vale la pena traer a colación las palabras de Didier Tavera, director de la Federación Nacional de Departamentos, quien en entrevista manifestó que: “El 29 de octubre se eligieron a los 32 gobernadores en un proceso democrático, en unas elecciones con garantías y el señor presidente así lo reconoció. Ahora hay un gran reto: poner en marcha ese Plan Nacional de Desarrollo y para ello necesita un brazo ejecutor que son las entidades territoriales, los gobernadores. Estamos con el mejor ánimo, la mejor voluntad. (…) Vamos a ver unos gobernadores colaboradores con el Gobierno Nacional, pero a la vez también con una voz crítica en lo que consideren que vean que vaya mal”.

En una línea similar, el profesor Cristian Rojas  cree que el primer mandatario “seguirá colaborando con aquellos que son más cercanos y probablemente querrá mostrar resultados”, pero un buen indicio es que ya empezó a reunirse con aquellos a los que antes alejó, como es el caso de Carlos Fernando Galán.

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