Después de muchos anuncios y de la expectativa que se había formado en torno a la misma, al fin se radicó este jueves en el Congreso de la República la reforma tributaria con la cual el Gobierno Nacional espera recoger 23,4 billones de pesos para tapar el hueco fiscal que le ha dejado al país la pandemia el Covid-19.
Y como es tradicional, este es uno de los proyectos que siempre toma mayor atención en el trabajo legislativo del Senado y la Cámara de Representantes, pero en esta oportunidad, sin duda alguna, será más porque la reforma tributaria sólo tendrá dos meses para discutirse.
Tradicionalmente, los gobiernos han llevado este tipo de reformas al Congreso al inicio de la legislatura, es decir, en julio con lo cual la discusión, en promedio, se daba por cerca de casi tres meses, esto comprendiendo las audiencias, los debates en las comisiones económicas que sesionarán de forma conjunta y sus amplias discusiones en las plenarias, en donde usualmente se pueden llevar dos semanas.
En esta ocasión las cosas son diferentes, porque la presente legislatura va hasta mitad de junio, en sus sesiones ordinarias, por lo que no se descarta que incluso puedan convocar a sesiones extraordinarias, si así lo requiere, para la votación definitiva.
El cronograma de la reforma señala, por ahora, que tras ser radicada, el primer paso es que llegue a las comisiones económicas, en donde se tendrá que nombrar a los ponentes. Paralelo a eso, el Gobierno iniciará una serie de reuniones con los partidos para presentar el articulado, esto en especial lo hará con los que están en la coalición del gobierno.
Por ejemplo, así sucedió este viernes con la bancada del partido de gobierno, el Centro Democrático, en donde el equipo económico explicó a los senadores y representantes las propuestas. Incluso, desde el uribismo, de forma previa, se logró que el Gobierno modificara posturas o planteamientos, entre esos el IVA a la canasta familiar.
La ponencia para primer debate se tendría lista para la segunda semana de mayo, con lo que las comisiones económicas (terceras y cuartas), dedicarían al menos de tres a cuatro semanas en su discusión, es decir, que a las plenarias llegaría en los primeros días de junio, lo que significa que tendría los días muy contados.
Ese cronograma justo obligaría a que parte de la agenda de proyectos, al menos los de interés del Gobierno Nacional, no puedan fluir como es costumbre. En otras palabras, el ejecutivo por apostarle a la reforma tributaria podría ceder en sus pretensiones de otras iniciativas que el pasado 17 de marzo habían sido presentadas por el ministro del Interior, Daniel Palacios, como fundamentales.
Esa prioridad, según Palacios, está en 19 proyectos de ley, ninguna reforma constitucional. Dos de esos proyectos, las reformas a la Salud y a la Administración de Justicia ya están en discusión. La de salud ya empezó a discutirse en las Comisiones séptimas conjuntas, se esperaría que en dos semanas salga de esa instancia y pase a las plenarias, en donde podría votarse a mediados de mayo.
Respecto a la reforma a la administración de justicia, ya fue aprobada en la Comisión Primera de la Cámara, de donde pasó a la plenaria de esa corporación. Los cálculos que de la Cámara es que salga en la primera semana de mayo y en su paso por el Senado, tanto en Comisión como en plenaria salga al inicio de junio.
Un proyecto más que está próximo a comenzar su discusión es la reglamentación de la cadena perpetua para violadores y asesinos de niños, el cual tiene mensaje de urgencia para que se discuta en las Comisiones Primeras, las cuales antes de finalizar abril darán su debate. De ser aprobada, a mitad de mayo las plenarias la podrían aprobar.
Ya con el 'chulo' de aprobado están las leyes de trabajo de casa y la llamada ley 'antichancleta'. La primera ya pasó a la sanción presidencial y la segunda está pendiente sólo de la plenaria del Senado, para que apruebe la conciliación.
Las leyes que desde ya tendría el gobierno en cola o con duda que puedan avanzar son los proyectos de tipificación de delitos de deforestación; la ley contra la explotación ilícita de minerales; la Ley de los Cabildos Indígenas, la ley de reforma a la Acción Comunal, la nueva ley de Infancia, la de abanderamiento, la de empalme, la del tratado de extradición con Italia y la creación del Ministerio de Ciencias.
Sumado a todo lo anterior, de por medio sigue la pandemia del Coronavirus, la cual obligará a que la mayoría de las discusiones siga de forma semipresencial, lo que significará que la virtualidad se impondrá, incluso para votar la reforma tributaria.
En opinión del representante a la Cámara Alejandro Carlos Chacón, no hay duda de que la reforma tributaria sí le restará importancia a la agenda legislativa en temas económicos, pero en otras materias podrá seguir moviéndose. “Acá lo que va pasar es que si este Congreso aprueba la reforma tributaria va a elegir por anticipado a Gustavo Petro como el presidente de la República”, manifestó.
Chacón plantea, además, que la reforma igualmente le quitará protagonismo al proceso de la vacunación, en el cual el país está muy atento al desarrollo y cumplimiento del mismo, lo cual terminará favoreciendo al gobierno.
En la semana que termina, el director del Partido Liberal, expresidente César Gaviria Trujillo, aseguró que el gobierno no va a lograr persuadir tan fácil a los congresistas para que aprueben la reforma tributaria. “... la operación mermelada que hay hoy es gigantesca, como no la ha habido nunca y yo no voy a criticarlos por eso, porque tienen que gobernar. Pero que no crean que a punta de mermelada van a manejar el Partido Liberal”.
Desde las filas del uribismo se asegura que la tributaria no tiene por qué congelar la discusión de otros temas, como tampoco los debates. En ese sentido, el senador John Harold Suárez, sostiene que “si bien la ley de solidaridad sostenible llega con mensaje de urgencia, el Congreso no puede detenerse, hay otras problemáticas del país que deben ser atendidas con igual premura, ejemplo de ello es la reforma a la salud y a la ley del deporte”.
Lo cierto, por ahora, es que la agenda legislativa apenas va a comenzar de lleno en sus discusiones, serán ocho semanas en las cuales los congresistas deberán ajustar muy bien sus agendas para aprobar varias leyes importantes, entre ellas la reforma tributaria, que es la joya de la corona del gobierno para que sea aprobada.