A sus 39 años de edad, Francia Elena Márquez Mina se ha ganado la condición de lideresa por su dedicación a la defensa de los derechos humanos y su gestión como ambientalista, con oposición a la explotación ilegal de la minería.
Ha estado vinculada a las causas comunitarias y es titular del premio Goldman, otorgado en 2018 como reconocimiento a ese trabajo de protección a la naturaleza. También es acreedora de otras distinciones.
Desde hace algún tiempo, Márquez se ha convertido en protagonista del escenario público nacional, sin que haya hecho parte de la comunidad tradicional de los políticos. Su activismo es el resultado de sus principios democráticos y de sus convicciones respecto a los derechos sociales. Aboga por la paz, la igualdad, las libertades y el respeto a la dignidad humana. Ahora hace parte del abanico de aspirantes a la Presidencia de Colombia en representación del movimiento Soy porque Somos, el cual adhirió recientemente al Pacto Histórico.
El pasado fin de semana, la precandidata estuvo en Cúcuta para el lanzamiento oficial de esa alianza en Norte de Santander y La Opinión conversó con ella.
¿Hasta dónde va a llegar con su aspiración presidencial?
Hasta la Casa de Nariño.
Es decir, ¿esta vez sí será el turno para que una mujer dirija las riendas del país?
Primero ganamos la consulta del Pacto Histórico y luego la elección de Presidencia. Ya es hora de hacer valer las mayorías que representamos como pueblo, como excluidos, para tener un gobierno democrático del pueblo y para el pueblo.
Entre quienes aspiran a un cambio de rumbo en Colombia hay diferentes tendencias, ¿tendrán la capacidad suficiente y la voluntad de unirse en función del relevo que buscan?
Esperemos que sí. Creo que la principal unión por un gobierno que tenga como prioridad la vida, que transforme las situaciones de violencia, de exclusión que han predominado en el país, proviene de los sectores afectados. Es la suma de todas esas vertientes sociales lo que va a permitir que el cambio sea posible.
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¿Cuáles son esas prioridades para poner a Colombia en un nuevo camino?
Creo que lo primero es parar la guerra de una vez por todas. Hay que silenciar los fusiles y desmovilizar a todos los actores armados. La gente está sufriendo la violencia, el desplazamiento, la desaparición forzada. Y lo más grave es que hay violencia del mismo Estado. El actual es un gobierno que ha violentado a las comunidades y a los jóvenes, y ha hecho trizas las posibilidades de construir una nación en paz. El 7 de agosto en que se conmemoraban los 202 años de la batalla de la independencia, Colombia debió contar con un gobierno consecuente con ese hecho histórico. Y no fue así. Tenemos un gobierno tiránico, despiadado, que no ha permitido vivir en paz y sin miedos. Es la imposición de la fuerza sobre la gente que lucha por la justicia, por la dignidad, por el bienestar social.
De Colombia, ¿cuáles problemas le causan mayor preocupación?
Son muchos los problemas que me preocupan, pero la pérdida de los valores frente a la vida nos mete en una grave encrucijada. A la gente se le deja morir de hambre o es lanzada a la incertidumbre del desplazamiento. La guerra es otra situación devastadora; nos la han impuesto en beneficio de quienes negocian con la violencia. Es una desgracia haber crecido bajo ese fuego de muerte, por lo cual nuestro deber es conseguir la paz.
¿Por qué escogió el Pacto Histórico para su proyecto presidencial?Creo que es un espacio de unión de las resistencias, de la gente que ha luchado, o ha sido víctima. Es el rechazo a las violencias de género, al racismo, a la discriminación. Yo me encuentro allí y me siento bien. Con mi etnia afro, como madre cabeza de familia, no me siento en otro lugar. Están compañeros y compañeras identificados en el sufrimiento. El Pacto Histórico es la corriente de lucha de la gente humilde, de todos los que buscamos que la vida sea digna.
Actualidad política
¿Qué importancia política le asigna al resurgimiento del Nuevo Liberalismo?
Me parece un hecho de importancia política en el país. Es un reconocimiento también al fundador de esa colectividad y a su participación en el desarrollo de las ideas democráticas, las cuales nos atrajeron en muchas de sus propuestas. Esperamos que los herederos de ese camino trazado por Galán tengan la capacidad de preservar sus principios y actualizarlos a las nuevas exigencias de una nación que quiere dejar atrás la desigualdad.
¿Cuál es su opinión sobre los resultados legislativos del Congreso?
Los resultados legislativos del Congreso no son satisfactorios. La mayoría de sus miembros está en conexión con los intereses de una élite. No se toma en cuenta al pueblo. Necesitamos un Congreso que legisle en favor de la vida, del medio ambiente, de la justicia, de la igualdad, de la equidad y la dignidad humana.
¿Y qué piensa de los partidos políticos?
Pienso que hemos tenido de todo. Algunas colectividades se inclinan en el sentido de un ejercicio correcto de la política, mientras otros la afectan con sus actos y ponen en detrimento las mismas instituciones del Estado, lo cual lleva al descrédito de quienes ejercen funciones públicas.
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