Las bonanzas de la cebolla roja en la Provincia de Ocaña solo existen en las mentes de centenares de agricultores. El tradicional cultivo, otrora primer renglón de la economía, mermó su poderío con la importación de cebolla peruana.
De acuerdo con las cifras que maneja la Asociación de Cebolleros de la Provincia de Ocaña, en fincas y bodegas hay 10.000 cargas represadas que no encuentran mercado.
A finales de septiembre, el ministro del Interior, Juan Fernando Cristo, visitó a Ocaña y los agricultores con un canasto repleto de cebolla reclamaron la ayuda del Estado. La misma petición fue hecha al gobernador William Villamizar. Sin embargo, no han recibido el espaldarazo que anhelan.
En 2016, y tras dos años de intensa sequía, los cultivadores de cebolla esperaban que el cultivo ícono de la Provincia resurgiera y con ello mejoraran sus ingresos. Sin embargo, las 2.897 hectáreas cultivadas se convirtieron en símbolo de pérdidas para las 7.000 familias que viven de este producto.
El presidente de la Asociación de Cebolleros de la vereda Mesa Llana de San Calixto, Said Sánchez Rodríguez, manifestó que el clima ayudó para cosechar con normalidad, pero no se siguieron haciendo controles a la importación de la cebolla peruana y el ingreso desmedido del producto los tiene al borde de la quiebra.
Una carga (120 kilos) de cebolla en la plaza de mercado de Ocaña la pagan entre 40 mil y 70 mil pesos, lo cual no compensa los costos de producción y el transporte a las centrales de abasto.
En épocas en las que no ingresa el producto de Perú, el precio fluctúa entre 280 mil y 300 mil pesos.
Alarmados por la situación, los representantes de las 10 asociaciones de productores se reunieron con el presidente de la Asociación de Municipios, Emiro Cañizares Plata, a quien le plantearon la problemática.
Tras una visita a la vereda Mesa Llana, una de las zonas más productivas y donde hay represados 4.000 bultos, se verificó la crisis, se hizo un registro gráfico y se envió una nueva comunicación a la Presidencia de la República y a los ministerios de Agricultura y del Interior.
En la comunicación aclaran que no están en contra de la importación, pero piden que al establecerse convenios con otros países se garantice la comercialización de la producción nacional. Así mismo, piden la transferencia de tecnologías para el establecimiento de semillas certificadas.
Al hacer el comparativo de las semillas, los agricultores argumentan que una hectárea plantada con semilla ocañera produce cerca de 200 bultos, mientras que con la peruana el producido se triplica.
Los campesinos también solicitaron un programa especial para la construcción de reservorios y distritos de riego. Así mismo, se requieren iniciativas que permitan que la cebolla ocañera tenga registro de origen para hacerla más competitiva.