La situación política en Bolivia se ha intensificado con la llegada de múltiples unidades militares al Palacio de la Paz, en la capital del país, en lo que parece ser el comienzo de un posible golpe de Estado.
El presidente Luis Arce, denunció a través de sus redes el peligro al que se enfrenta la democracia de esta nación cuando tropas militares y tanquetas se desplegaron este miércoles frente a la sede del gobierno boliviano en La Paz e intentaron tumbar una puerta del palacio presidencial.
Los hechos ocurren tras la destitución del comandante del Ejército, el general Juan José Zúñiga, tras unas declaraciones incendiarias contra el expresidente Evo Morales. Zúñiga, había manifestado su oposición a la candidatura de Morales para las elecciones de 2025, lo que le habría costado su puesto.
El conflicto comenzó el lunes, cuando Zúñiga declaró en la televisión pública de Bolivia que Morales “no puede ser más presidente de este país”. En una muestra de desafío a sus límites como militar, Zúñiga afirmó que no permitiría que Morales “pisotee la Constitución y desobedezca el mandato del pueblo”. Además, aseguró que las Fuerzas Armadas son “el brazo armado del pueblo, el brazo armado de la patria”.
Lea: Crisis en Kenia: masivas protestas y violencia por nueva Ley de Finanzas
La toma de la Plaza Murillo por militares ha elevado la tensión, mientras se espera una respuesta firme del gobierno de Arce. La incertidumbre plantea la posibilidad de un conflicto mayor entre las fuerzas leales al gobierno y los seguidores de Zúñiga, lo que genera una preocupación en la población boliviana.
La comunidad internacional observa con atención la crisis en Bolivia. Diversos países y organismos internacionales se han pronunciado y han expresado su preocupación por la estabilidad democrática en el país, rechazando los hechos.
El expresidente Evo Morales, antes amigo del actual presidente Luis Arce, advirtió que si estas acciones no eran desautorizadas por el comandante en Jefe de las Fuerzas Armadas, el ministro de Defensa, el Presidente y el capitán general de las Fuerzas Armadas, se estaría frente a un “autogolpe”.
Este intercambio se produce en un contexto de crecientes tensiones entre Morales y Arce. Antiguos aliados, que ahora se enfrentan en una disputa de poder. Arce ha denunciado en varios discursos que se estaba gestando un “golpe blando” para acortar su mandato, acusando implícitamente a Morales.
Mientras tanto, la población boliviana y la comunidad internacional, esperan con atención el desarrollo de esta crisis que amenaza con desestabilizar el país.
Gracias por valorar La Opinión Digital. Suscríbete y disfruta de todos los contenidos y beneficios en https://bit.ly/SuscripcionesLaOpinion