El rey Carlos III, de 75 años, sufre un cáncer, descubierto durante la operación de próstata a la que se sometió en enero, y ha iniciado el tratamiento aunque seguirá "atendiendo los asuntos de Estado", anunció el lunes el Palacio de Buckingham.
"Durante la reciente intervención del rey en un hospital por hipertrofia benigna de próstata, se detectó un problema concreto" y "las pruebas posteriores identificaron una forma de cáncer", explicó la casa real en un comunicado, precisando que el monarca no tiene intención de interrumpir todas sus activiades.
El rey "ha iniciado hoy un tratamiento, durante el cual los médicos le han aconsejado que posponga sus eventos públicos". No obstante, seguirá "atendiendo los asuntos de Estado y las tareas administrativos como de costumbre", precisó el comunicado.
Según el Palacio de Buckingham, el monarca "es muy optimista sobre su tratamiento y espera reanudar sus funciones públicas lo antes posible".
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Enrique estará junto a su padre
Tras conocer la noticia, el príncipe Enrique, que vive en Estados Unidos con su esposa la exactriz Meghan Markle y sus hijos, conversó con su padre y lo visitará en el Reino Unido en los próximos días, indicó la agencia de prensa británica PA, citando a una fuente cercana al duque de Sussex.
También la princesa de Gales Catalina, esposa del príncipe heredero Guillermo, se recupera actualmente de una misteriosa operación "abdominal", aunque la prensa británica descartó que sea un cáncer.
Siguiendo con la línea de transparencia iniciada con motivo de su operación de próstata, Carlos III ha "optado por compartir su diagnóstico para evitar especulaciones, y con la esperanza de ayudar al público a comprender a los afectados por el cáncer en todo el mundo", agregó el palacio.
Carlos III, que se convirtió en rey tras la muerte de su madre, la reina Isabel II, el 8 de septiembre de 2022, ha gozado en general de buena salud, salvo lesiones en los deportes que practica, como polo y esquí.
El monarca salió el pasado 29 de enero del hospital en el que estaba ingresado, tras haber sido operado tres días antes de una hipertrofia "benigna".
El monarca abandonó ese día The London Clinic, un centro privado londinense, tres horas después de su nuera Catalina, que había sido ingresada trece días en el mismo hospital privado para someterse a una misteriosa cirugía "abdominal".
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El 17 de enero pasado, el Palacio de Buckingham había anunciado que Carlos III se sometería la semana siguiente a una operación de próstata.
Frente al secretismo que había acompañado la hospitalización de su nuera, la casa real decidió ofrecer detalles de la dolencia del rey.
Transparencia
La intervención se hizo pública para animar a los ciudadanos varones a hacerse pruebas, puesto que la monarquía no suele dar en general muchos detalles clínicos.
Y la iniciativa de la casa real tuvo éxito, ya que se dispararon las visitas a la página dedicada a esta dolencia en el sitio del NHS, el servicio público de salud británica.
En las 48 horas posteriores al anuncio del problema de próstata del rey, se registraron 26.000 visitas a la página, frente a una media de 1.400 diarias en fechas precedentes.
La organización benéfica Prostate Cancer UK informó también que había observado un aumento de más del 100% en el número de personas que utilizaban su verificador de riesgos en línea al día siguiente del anuncio.
Tras este nuevo anuncio, es posible que se produzca un efecto parecido y los ciudadanos se preocupen por las pruebas de cáncer.
A los problemas de salud en la realeza se unió el anuncio, el pasado 28 de enero, de que la duquesa Sarah Ferguson, exesposa del príncipe Andrés, hermano de Carlos III, padece un "melanoma maligno", un cáncer de piel.
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