Joe Biden y Barack Obama vuelven a reunirse el martes, al menos por un día, con la visita del expresidente de Estados Unidos a su ex vicepresidente en la Casa Blanca. El objetivo del encuentro es intentar recuperar la fuerza demócrata antes de las elecciones de mitad de mandato.
Para Obama, será la primera vez que vuelve a pisar los pasillos reverenciados y las salas históricas desde que se fue hace cinco años, tras entregar el poder a Donald Trump y dar paso a un periodo de agitación política sin precedentes en los tiempos modernos.
La consigna para la reunión en la Casa Blanca es un acontecimiento político relativamente feliz: el 12º aniversario de la puesta en marcha de la Ley de Asistencia Asequible, un destacado logro de Obama en ámbito doméstico.
Conocido popularmente como Obamacare, el plan de asistencia sanitaria subvencionada amplió el acceso a los servicios médicos a millones de personas en un país en el que muchos no tienen condiciones financieras para visitar al médico y al dentista y corren el riesgo de caer en la bancarrota por los costos de las operaciones de urgencia.
"Tanto el presidente Biden como el ex presidente Obama consideran que la Ley de Asistencia Asequible (Obamacare) es un ejemplo, un ejemplo brillante, de cómo el gobierno puede trabajar para el pueblo estadounidense", dijo la portavoz de la Casa Blanca, Jen Psaki.
Los republicanos han hecho reiterados y feroces intentos de eliminar un plan que denuncian como socialismo, pero el Obamacare, que busca asegurar asistencia médica a los estadounidenses, ha sobrevivido a la mayoría de los ataques y, bajo el mandato de Biden, se ha visto ampliado.
"No sólo garantizó que millones de personas tuvieran acceso a una asistencia sanitaria asequible, sino que ha sido una oportunidad para, a partir de ahí, realizar cambios y mejoras a lo largo del tiempo", dijo Psaki.
Almuerzo poderoso
El verdadero objetivo de la reunión entre Biden y Obama es más amplio: una oportunidad para reforzar la marca centrista de Biden y tranquilizar a los demócratas que huyen de lo que las encuestas predicen que será una aplastante derrota electoral en noviembre, con los republicanos recuperando el control del Congreso.
La Casa Blanca trató de borrar cualquier sensación de que Obama iría en una misión de rescate.
Los dos almorzarán, "como solían hacer semanalmente", dijo Psaki, añadiendo que, aunque esta sea la primera vez que Obama es invitado, ellos "siguen hablando regularmente".
"Son amigos de verdad, no sólo amigos de Washington", insistió.
A menudo se dice que los amigos verdaderos no abundan en la despiadada Washington, pero Barack y su esposa Michelle Obama son ciertamente populares entre los demócratas y se les considera capaces de espolvorear el polvo mágico tan necesario en el partido.
Pero, cuando se trata de las elecciones de medio mandato, Obama no es precisamente el mejor ejemplo: sus demócratas fueron aniquilados en las elecciones al Congreso de 2010 y 2014.
Por otro lado, Obama demostró con su reelección en 2012 que un presidente puede sobrevivir a esos terremotos - una lección para Biden en 2024, tal vez, cuando puede enfrentarse a una repetición de su batalla contra Trump.