Como cualquier decisión tomada desde el amor, la decisión de adoptar a un perro o un gato también está llena de responsabilidad. Y es que, más allá de la belleza, el amor y la compañía, traer un nuevo miembro a nuestra familia implica pensar en la posibilidad indeseada de vivir momentos no tan felices. Es el “en la salud y en la enfermedad” de las manadas, y la esterilización, por nombrar uno de muchos aspectos. Esta es una decisión responsable.
¿Por qué esterilizar a nuestro amigo de cuatro patas?
Un macho puede fecundar a una gran cantidad de hembras, y ellas, por su lado, en una sola camada pueden tener varias crías, que no siempre van a contar con la suerte de ser recibidas en una familia en donde el cuidado y el amor son los pilares. El destino de muchas de esas crías, especialmente en la calle, puede llevar al maltrato, a la muerte o a la reproducción, lo que haría crecer la bola de nieve y lo que ha hecho, durante tantos años, que encontremos cada vez más animales sin hogar.
Más allá de las implicaciones que la esterilización pueda tener en la salud de los animales, realizar una intervención tan simple nos da incluso la posibilidad de detener la cría indiscriminada de perros y gatos, evitando de paso el abandono de estos animalitos más adelante.
¡No hay excusas para no esterilizar a las mascotas! Hoy queremos contarte algunos de los mitos más comunes y por los que muchas familias no esterilizan a tiempo, o no esterilizan en absoluto.
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Mito #1: Esterilizar hace que los perros y los gatos se vuelvan flojos y engorden
Contrario a lo que muchos piensan, el sobrepeso y la pereza no son producto de la esterilización. Si bien el estrógeno y la testosterona habrán bajado y dejarán de contribuir a que los perros y los gatos quemen energía, los hábitos alimenticios serán siempre los principales contribuyentes del posible aumento de peso.
Como humanos responsables de la manada debemos asegurarnos de que nuestros perros y gatos tengan estimulación cognitiva, actividad física y una alimentación apropiada a la edad y condiciones de cada uno; de esta manera podremos evitar el sedentarismo y las consecuencias adicionales que vienen con él.
Mito #2: Al esterilizar, el instinto protector de nuestra mascota desaparece
¡Falso! Aún cuando las hormonas resaltan comportamientos territoriales, en el caso de los perros puntualmente es la genética la que determina su instinto protector. Por eso, incluso castrado, al perder el impulso de alejarse de casa, enfocará toda su atención en los humanos con los que vive.
Mito #3: Antes de esterilizar a las hembras, es necesario que tengan su primer celo o su primera camada
¡No! De hecho lo recomendable es esterilizarlas antes de entrar en celo por primera vez, pues son más saludables, disminuyendo riesgos durante y después de la cirugía. Esterilizarlas antes de esa primera camada puede disminuir la probabilidad de desarrollar cáncer de mama, ovarios o útero.
Mito #4: La masculinidad y la feminidad se pierden después de la esterilización
Hablar de masculinidad o feminidad son conceptos propios de los seres humanos. Los animales, al vivir por instinto, no entienden de estas palabras y por lo mismo no sentirán que su virilidad o su valor como miembro de su especie disminuya de alguna manera frente a los compañeros de su manada.
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Su carácter tampoco se verá alterado como resultado de la esterilización, es decir, que tu mejor amigo sea amigable y juguetón no cambiará después de la cirugía. Lo que sí es cierto es que puede volverse más equilibrado, lo que, finalmente, no será necesariamente producto de su cirugía, sino que vendrá de igual manera con el crecimiento y la madurez.
Mito #5: Las hembras pueden presentar incontinencia urinaria, y en el caso de las perras, pueden continuar sangrando
¡No es cierto! Después de la cirugía de esterilización las hembras no vuelven a presentar síntomas de celo y, en el caso de ocurrir, es porque algo no salió del todo bien en esa cirugía, como que, por ejemplo, quedara tejido ovárico en la cavidad peritoneal. Si este es el caso de tu perrita, consulta al médico, pues, aunque no quiere decir que pueda quedar en embarazo, significa que aún continúa produciendo hormonas, y es el médico veterinario quien deberá indicar el tratamiento a seguir en este caso.
Quienes mencionan la incontinencia urinaria como una de las consecuencias de la esterilización también están equivocados, pues un procedimiento de esterilización seguro y bien realizado no debe afectar el sistema urinario de nuestros mejores amigos. La recomendación con los perros, de todas maneras, es esterilizar después de cumplir los seis meses de edad.
Mito #6: Después de la esterilización, la salud de mi perro o gato se va a deteriorar
De hecho, sucede al contrario: son aquellos animales no esterilizados los más propensos a sufrir complicaciones de salud.
Mito #7: Al esterilizar estás privando a tu mascota de conocer el amor
Tanto perros como gatos se aparean por instinto. Esta es una cuestión biológica para perpetuar la especie. Ni el amor ni el placer entran en la ecuación. ¡Si alguien te dice que les estás quitando el derecho a sentir amor, te está mintiendo!
¡Esterilizar es un acto de amor que sólo trae beneficios! ¿Qué otro mito conoces?
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