Todos envejecemos. Y sí, ese “todos” incluye a ese gato que desde su mueble parpadea con lentitud mientras lo mira, o a ese perro que bate la cola y ladra y salta cuando siente que usted ha regresado a casa.
Pero, ¿a qué edad lo hacen? ¿A qué edad envejece un perro y un gato? Lo primero que hay que tener en cuenta es que “la longevidad media de un perro grande es de 11 a 13 años. Los pequeños pueden vivir hasta los 13 o 16 años, y en el caso de los gatos, entre los 14 y los 17 años”, le explicó Manuel Lázaro, veterinario y vocal del Colegio de Veterinarios de Madrid, a El País.
Ahora, en términos generales, se podría decir que los caninos domésticos comienzan en promedio el envejecimiento a los 7 años de edad —comentó el médico veterinario, especialista en comportamiento clínico animal, Fredy Manrique—. Sin embargo, esa edad depende de varios factores como la raza, el tamaño que alcanzan cuando son adultos, la nutrición y el estilo de vida.
Por ejemplo, las razas gigantes, como la del gran danés, comienzan a evidenciar signos de senectud a los cinco años. En cambio, las razas de perros pequeños tardan mucho más tiempo en mostrar esos mismos signos, lo cual no incluye a los perros enanos, ya que no son pequeños por raza, sino por problemas endocrinos o por mutaciones genéticas, por lo que tienen mayores problemas asociados a su salud y a su calidad de vida.
Por otro lado —según Manrique—, los gatos envejecen un poco después, entre los 10 y los 12 años, aunque hay que tener en cuenta dos cosas. La primera es que un felino doméstico bien cuidado y sin problemas de salud de base pueden llegar a vivir hasta los 20 años. La segunda es que las razas puras de gatos tienen una tendencia a tener una esperanza de vida más corta que los cruces, con algunas excepciones.
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Los signos de envejecimiento
Una vez un animal de compañía ha empezado su etapa de envejecimiento muestra una serie de señales que le indicarán a su dueño que es momento de tener otro tipos de cuidados e incluso de cambiar ciertas rutinas.
Algunos de esos signos son, tal y como le sucede a los humanos, la aparición de canas, sobre todo en orejas y hocico —señaló la médica veterinaria y zootecnista Estefany Bejarano Ochoa—. La pérdida o disminución de la sensibilidad de los sentidos, sobre todo, de la audición y la visión. La lentitud en sus movimientos porque se vuelven más perezosos o empiezan a tener problemas en las articulaciones o a nivel muscular. La aparición de episodios de agresividad que antes no sucedían. La disminución de la calidad de su dentadura.
A estos signos que menciona Bejarano, Manrique le incluye la disminución del metabolismo, de la capacidad de termorregulación, una tendencia a la deshidratación, cambios en los patrones del sueño, incremento en la relación de la grasa corporal, pérdida de masa muscular, cambios en la piel, y en algunos casos, problemas en los sistemas urinario, cardiovascular y digestivo.
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Los cuidados
Una vez aparecen esos signos, lo más recomendable es realizar una revisión veterinaria mucho más especializada para determinar cambios en la dieta, exámenes adicionales e incluso tratamientos para prevenir o tratar las enfermedades asociadas a la edad, ya que existen una gran variedad de ellas, como lo son la artrosis, el sobrepeso, los trastornos conductuales (se vuelven agresivos o sufren demencia senil), los problemas cardiacos o renales, la diabetes o el hipotiroidismo, entre muchas otras.
Es decir, si bien es cierto que las revisiones veterinarias son importantes en todas las etapas de la vida de un gato o un perro, y que deben hacerse al menos una vez cada año, hacer una a profundidad una vez ellos entran en su vejez le permite al médico hacer un perfil geriátrico —anotó Bejarano—, en el que evaluará la parte renal, la parte hepática, la glucosa, las defensas, la sangre, el colesterol, los triglicéridos, y en el que se descartará la presencia de masas malignas o benignas.
Y ya con ese perfil, el tutor, de la mano del veterinario, tiene la posibilidad de establecer un adecuado plan sanitario, de nutrición, de ejercicio, de cuidado, de mantenimiento dental y de enriquecimiento ambiental, que garantice la calidad de vida del animal de compañía.
Consejos para ayudarle a su mascota a disfrutar de su vejez
Karen Shaw Becker, médica veterinaria estadounidense y coautora, al lado de Rodney Habib, del best seller The Forever Dog, dice en su blog Mascotas saludables que “mientras que su gato o su perro vaya al veterinario por lo menos dos veces al año para revisión y entre las visitas usted esté pendiente de cualquier cambio significativo o repentino en su comportamiento o en su salud, no hay razón para alarmarse”, y recomienda cinco acciones con las que usted podrá hacerle la vida más feliz a su peludo:
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1. Cambie la dieta de su perro o de su gato con alimentos funcionales como complemento para prevenir y manejar enfermedades asociadas al envejecimiento.
2. Mantenga el cuerpo y la mente de su animal de compañía activa con ejercicios regulares, de acuerdo con su edad, para estimular su condición física y su capacidad mental.
3. Proporciónele, con la guía de su médico veterinario, suplementos vitamínicos para detener el deterioro mental y para mejorar su movilidad.
4. Dedique tiempo cada día para interactuar, jugar y acariciarlo.
5. Haga todo lo posible para mantener a su gato o a su perro cómodo, seguro y relajado, manteniendo una rutina diaria consistente y proporcionándole un refugio tranquilo y acogedor.
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