Durante una hora, el documental de History realizado con la productora 3 Luces intenta responder algunas de estas preguntas: ¿cuáles eran las medidas concretas que se implementaron con el corralito? ¿Cuál era el motivo? ¿Funcionó el plan? El puntapié es en abril de 1991 con el inefable Plan de Convertibilidad en donde un peso era equivalente a un dólar, para paliar de alguna forma la brutal hiperinflación que dinamitó el gobierno de Raúl Alfonsín.
La potencia narrativa de '2001, el año del Corralito' se suma a una vibrante y vertiginosa edición de desgarradoras imágenes de archivo que marcó a fuego el comienzo del nuevo milenio en el país. La voz en off de Ricardo Darín acerca al espectador, dándole un carácter intimista, visceral.
La entrevista con el exministro de Economía, Domingo Felipe Cavallo, padre del Plan de Convertibilidad, es uno de los puntos fuertes del documental. “Transparencia, competencia, inversiones”, son algunas de las palabras del exfuncionario para defender una estrategia económica que derivó en un corralito financiero: la gente podía extraer solo 250 pesos por semana de los cajeros automáticos y no se podían cobrar cheques por ventanilla. Pero detrás del corralito llegaría el corralón, en donde se restituían pesificados los ahorros y, además, devaluados en un 300% en relación al dólar.
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La cruda estigmatización del personal bancario, con testimonios incluidos, vistos como los villanos de la medida cautelar se conjuga con los ruidos de las cacerolas, forma efectiva en que el pueblo se hizo oír ante la bronca y la incertidumbre. Las imágenes de la gente golpeando contra las puertas de las entidades bancarias valladas, fueron el símbolo de esa época de desidia.
Con respecto a la década de gobierno de Carlos Menem (1989-1999), este registro de History refleja algunos datos crudos como las 65 empresas estatales que fueron privatizadas y los 230.000 trabajadores cesanteados, productos de las políticas de gobierno establecidas por entonces. “La enfermedad de Menem es el poder”, dice Duhalde en uno de los tramos más impactantes del documental como así también reconoce su “gravísimo error” al decir públicamente la famosa frase: “el que depositó dólares, recibirá dólares, el que depositó pesos, recibirá pesos”.
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