Después de ocho meses y diecinueve días del homicidio del intendente Édgar Alexander Rico González, ocurrido en el barrio Siglo XXI, la Sijín de la Policía Metropolitana de Cúcuta (Mecuc) no ha capturado a los presuntos responsables de este hecho sangriento.
Aunque las autoridades tienen las órdenes de captura en contra de Luis Humberto Bustamante Uscátegui y Jefferson Duván Gutiérrez Sánchez, quienes presuntamente cometieron el homicidio la mañana del 25 de agosto de 2020, hasta hoy no se han atrevido a ir por ellos.
Los familiares del uniformado aun reflejan tristeza en su rostro. Ellos reclamaron y le exigieron a la Policía que se actúe de manera diligente y eficaz, pues hasta el momento no tienen certeza de los móviles que rodearon la muerte de su ser querido, quien se destacó por ser un excelente policía y buen hijo.
“Necesitamos saber quién lo mató y por qué lo hizo. La Sijín tuvo desde el principio varias pistas y no es justo que aún no tengamos resultados”, dijo una familiar del intendente, quien duró 25 años al servicio de la Policía.
Los dolientes aseguraron que a su ser querido le robaron una alta suma de dinero que le habían desembolsado de un préstamo bancario y además, se llevaron la pistola personal.
“Pocas personas sabían dónde estaba ese dinero y los hombres que mataron a mi hermano, conocían dónde tenía guardada la plata. Cuando iban saliendo de la casa, uno de ellos dijo que ‘la vuelta había sido breve’”, recordó la familiar.
La ruta
Esa mañana, Édgar Rico llegó a su lugar de trabajo a las 8:00 y después de algunos minutos y tras comunicarse con alguien a través de WhtasApp, aseguró que debía regresar a su casa, donde vivió los últimos dos meses con una mujer, con la que llevaba una relación sentimental corta.
Sin embargo, cinco días antes del hecho, la pareja rompió su relación, por lo que ella se fue la casa.
Édgar Alexander entró a la vivienda y dejó la puerta sin seguro, situación que aprovecharon los dos pistoleros para ingresar al lugar y cometer el homicidio.
Según se conoció, la víctima se estaba quitando el uniforme y justo cuando intentaba quitarse las botas, entraron los pistoleros y lo impactaron tres veces en la cabeza.
“Ellos (agresores) sabían que tenían que matarlo, porque si no, él sabría quién había cometido el robo”, dijo una de las dolientes.
Aunque Rico tenía también la pistola de dotación, los delincuentes la dejaron sobre la cama. En cambio, el dinero y su arma personal desaparecieron.
La investigación
Las autoridades conocieron que dos hombres, que se movilizaban en dos motocicletas Suzuki GN, uno de ellos vestido con un overol rojo, que lo identificaba como miembro de una empresa de telefonía celular o de aseo, y otro que llevaba puesto un buzo rojo, con una franja negra en las mangas, pantalón y zapatos deportivos negros, fueron los autores del crimen.
“Se nota que ese hecho fue muy bien planeado. Al parecer, lo estaban esperando y ya sabían cómo tenían que hacer todo”, dijo una fuente judicial.
Las autoridades conocieron varios videos de las cámaras de seguridad que están instaladas alrededor del lugar del hecho.
Lo más curioso para los investigadores fue que los criminales taparon las placas de las motos con unos cascos que llevaban amarrados en la parte de atrás.
Precisamente, en la búsqueda de los homicidas, a tres cuadras de la escena del crimen, las autoridades encontraron abandonado un casco, que fue analizado por los expertos en dactiloscopia.
Cabe recordar que, el coronel José Luis Palomino, entonces comandante de la Policía Metropolitana de Cúcuta, ofreció en el momento del hecho una recompensa de hasta 20 millones de pesos por la información que llevara a la captura de los responsables del homicidio.