Las investigaciones que adelantaron las autoridades de manera sigilosa, para conocer los movimientos clandestinos de dos hombres que, al parecer, delinquían al servicio de Los Pelusos, permitió que fueran detenidos la tarde del lunes festivo, cuando se movilizaban en un carro por el barrio San Mateo, justo detrás del comando de la Policía Metropolitana de Cúcuta (Mecuc).
Durante varios días, soldados del Batallón de Fuerzas Especiales Urbanas N° 2, al igual que uniformados de la Fuerza de Despliegue Rápido, la Sijín de la Policía y el Cuerpo Técnico de Investigación (CTI) de la Fiscalía, empezaron a seguirle el rastro a Fernando Díaz Contreras y a Johnny José Mendoza Navarro, quienes presuntamente harían parte de una red dedicada al tráfico de armas.
Los investigadores conocieron que los sospechosos estaban transitando en Cúcuta, por eso adelantaron un operativo de manera sorpresiva y arribaron a la avenida 5 con calle 22, del barrio San Mateo, deteniéndolos cuando iban en un carro Chevrolet Corsa, de placas MMA-918.
En medio de la inspección, los uniformados se incautaron de dos pistolas calibre 9 milímetros, dos proveedores y un revólver calibre 38, que estaban escondidos en el baúl del vehículo.
El tráfico
Se conoció que, según algunas investigaciones de las autoridades, los detenidos presuntamente conformaban una red dedicada a traficar armas entre Colombia y Venezuela, en complicidad con miembros de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (FANB) del vecino país.
“Estos hombres tendrían contactos con integrantes de la FANB, que les entregaban el material de guerra en Venezuela para que se encargaran de transportarlo y traerlo al territorio colombiano y posteriormente lo distribuían en Norte de Santander, Valle del Cauca, Cesar, Bolívar y La Guajira”, dijo una fuente judicial que le siguió el rastro a la red.
Los capturados estaban radicados en Cúcuta, pero se movían constantemente entre Santander y el sur del Cesar.
En esta zona del país, al parecer, mantenían contacto con Los Pelusos, convirtiéndose en proveedores de armamento para esta organización criminal que se financia a través del narcotráfico.
Al cierre de esta edición, los detenidos eran escuchados en audiencias de legalización de captura, imputación de cargos y medida de aseguramiento, a la espera de que un juez decidiera si debían afrontar el proceso judicial en su contra desde la cárcel.
Entre los seguimientos que han adelantado las autoridades al comercio y alquiler de armas en el área metropolitana de Cúcuta, ya se había evidenciado el tráfico de diferentes armas con la complicidad de algunos integrantes de las Fuerzas Armadas de Venezuela.
“En un reciente procedimiento de una captura, conocimos que el detenido traía armamento que le compraba a la Policía y a la Guardia de Venezuela, de las incautaciones que ellos hacían allá”, explicó una fuente judicial.
Estas armas son apetecidas en territorio colombiano, porque son más económicas y por la dificultad que les genera a las autoridades para su investigación en los hechos delictivos que suceden en esta zona de frontera.
En Cúcuta el alquiler de una pistola puede oscilar entre $500.000 hasta 2 millones de pesos.