La familia de Johnny José Arraiz Valbuena no pudo llevarse el cuerpo sin vida del hombre para Venezuela a darle cristiana sepultura, por la falta de recursos y porque las autoridades necesitaban continuar con las investigaciones sobre su muerte.
De lo que están seguros es que algo sucedió en esa habitación y él no falleció por muerte natural.
Arraiz Valbuena, había salido de Caracas el viernes en la noche con destino a San Cristóbal, por donde llegaría a Cúcuta para comprar unos repuestos. Sin embargo, tras su salida, la familia no tuvo más información hasta el domingo, cuando a través de redes sociales se enteraron que él había aparecido muerto en un hospedaje en la capital nortesantandereana.
Según sus parientes, él traía dinero para hacer sus diligencias, pero ellos conocieron que él nunca hizo esas compras y el dinero no apareció, ni tampoco su celular.
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¿Homicidio o muerte natural?
La última conversación del hombre, de 47 años, fue con su mamá, a la que le escribió para saludarla porque durante la semana no había tenido información sobre ella, pues solo se comunicaban por teléfono, debido a que ella vive en Brasil. De resto, a Johnny no le gustaba preocupar a su familia.
“Él siempre se la pasaba trabajando, ocupado en sus cosas y cuando podía se iba para una casa que tenía en Barlovento (subregión ubicada en el estado Miranda) con sus dos hijos”, añadió la hermana de la víctima.
Según sus familiares, el pasado sábado, Johnny llegó a Cúcuta con 12 mil dólares, a comprar unos repuestos que necesitaba para su trabajo.
El hombre recolectaba plásticos para vender a una empresa de bolsas en Venezuela. Para esa tarea, ocupaban carros, pues los movían en grandes cantidades.
Por cariño y para despedirse del hombre, la familia llegó a Cúcuta, con el propósito de cremarlo y así llevar sus cenizas a Venezuela, pero no pudieron.
Como su muerte se dio en extrañas circunstancias, tuvieron que enterrarlo en la ciudad, mientras se esclarece las verdaderas circunstancias de su fallecimiento.
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La necropsia, que llegará en dos meses, sería la clave para este misterio.
¿Qué se sabe?
El sábado en la tarde, llegó una pareja a un hospedaje del barrio La Cabrera, el hombre pidió la habitación 11 mientras la mujer ingresó a la 12. Minutos después, llegó Johnny Arraiz, quien ingresó a la habitación donde la mujer lo esperaba.
“En las cámaras se ve que él se baja del taxi y entra tranquilo al lugar”, sostuvo la hermana.
Cuando se cumplieron las tres horas, la mujer que estaba en la habitación con él, salió sola y vistiendo su camisa (la de la víctima).
En vista de que pasó el tiempo y Arraiz nunca salió, los empleados del hospedaje, ubicado en la avenida 5 con calle 18, de ese barrio, fueron a tocar la puerta.
Como nadie abrió, ingresaron y se encontraron con el hombre tirado en el piso, desnudo y sin signos vitales. Temerosos de la situación llamaron a la Policía.
Luego de que los uniformados revisaran la escena, solo hallaron su cédula. “La mujer que estaba allí salió vistiendo el suéter de él y en la habitación solo encontraron el pantalón, los zapatos y la cédula, ni el dinero ni el celular, estaba ahí”, agregó.
La familia de Johnny espera que se esclarezcan las verdaderas causas de su muerte. “¿Quiénes eran las personas que minutos antes habían ingresado, diciendo ser primos? Es la pregunta que esperamos que nos respondan porque hay muchos indicios que a mi hermano lo mataron”, concluyó.
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