Los gritos y la violenta escena que se protagonizó en una casa ubicada en la calle 7 con avenida 5E, del barrio Popular, hizo que los vecinos del lugar alertaran a la Policía Metropolitana de Cúcuta (Mecuc) para que arribara a verificar qué había ocurrido con los hermanos Oyola Cortés.

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Cuando los uniformados ingresaron a la vivienda encontraron rastros de sangre y a Graciela Oyola Cortés, de 62 años, con dos puñaladas en el abdomen y la espalda, acompañada por sus hermanos, José Ernesto y Carlos Augusto, quienes inicialmente les aseguraron a los policías que su familiar había sido atacada por presuntos ladrones cuando ella intentaba ir a un restaurante a almorzar.

Lo primero que hicieron los policías al percatarse de que la mujer estaba ensangrentada, fue trasladarla de inmediato en un taxi hacia una clínica, donde tuvo que ser intervenida quirúrgicamente, mientras que en la vivienda quedó José Ernesto, junto con unos uniformados que custodiaban la escena.

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Sin embargo, en ese momento pasó lo que nadie sospechó. El familiar de la mujer, de 69 años, se encerró en una de las habitaciones y tomó la equivocada decisión de atentar contra su vida, clavándose un cuchillo en su abdomen.

Sin tener claridad sobre lo que estaba ocurriendo, los policías trasladaron al herido al Hospital Universitario Erasmo Meoz, donde finalmente murió.

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Mientras tanto, Graciela, soportando la gravedad de las heridas, con al menos seis centímetros de profundidad en una de las lesiones, le confesó a los policías que la custodiaban, que su hermano José Ernesto fue la persona que la apuñaló.

La escena del hecho fue inspeccionada por miembros de la Brigada Interinstitucional de Homicidios (Brinho) en busca de cualquier pista y evidencia que permita tener claridad de las causas del ataque entre hermanos.

“Cuando nos contaron que eso había pasado, nos causó mucha impresión, la casa de ellos está al lado de un colegio y son personas mayores. Es algo casi increíble de que sucediera, pero ahora todo se ve en esta sociedad”, comentó un habitante del barrio La Ceiba, muy cerca del lugar de los hechos.

Una herencia

Las autoridades conocieron que, al parecer, los hermanos discutieron por el dinero de una herencia, por lo que de los insultos y los gritos pasaron a la agresión violenta.

Según se conoció, Graciela Oyola es pensionada, mientras que su hermano José Ernesto, quien finalmente murió, era desempleado.

Los investigadores judiciales tratan de establecer si la discusión por la herencia fue la real causa de la agresión.

Asimismo, en medio de las pesquisas se descartó la participación del otro hermano, pues él no estaba en la casa cuando ocurrieron los hechos.

Además, en la vivienda quedaron algunos vidrios partidos, lo que evidencia que se generó una discusión que trascendió en golpes y las puñaladas contra la mujer.

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