Para la mamá de Juan Carlos Puerta López llorar no le calma el dolor que siente por el asesinato de su hijo, ocurrido la madrugada del lunes, y lo peor es que no sabe por qué sucedió este lamentable hecho.
Ella solo quiere llevarse el cuerpo de Juan Carlos para Barquisimeto, en Venezuela, donde le dará el último adiós.
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Ayer, al mediodía, mientras los familiares adelantaban en las instalaciones de la Fiscalía la diligencia para reclamar el cadáver en la morgue de Medicina Legal, en el Cementerio Central, hubo sentimientos de dolor y tristeza.
Puerta López, quien tenía un negocio de estampado de camisas, fue asesinado de cinco balazos en la cabeza, el pecho, el brazo y la rodilla derecha, durante la medianoche del domingo, en una zona desolada y oscura que queda en los límites de los barrios Scalabrini y José Bernal.
Para la pareja sentimental de la víctima, de 23 años, es duro recordar el momento en que un hombre llegó hasta su humilde vivienda, que queda en el barrio Camilo Daza, para tocar a su puerta y decirle que a Juan Carlos lo acababan de matar en esa zona.
Ella está mentalizada en que va a ser fuerte para criar al hijo, de cuatro meses, que tuvo con Juan Puerta y que no conocerá a su padre, sino por los relatos de sus familiares y las fotografías que le muestren.
Llevaron a una pareja hasta José Bernal
La esposa de Juan Carlos contó que él salió con un amigo y en dos motos, a hacer una diligencia por el barrio Camilo Daza, luego se encontraron con otro hombre, al que le dicen ‘Ñerito’ y a su novia, caminando por ese sector, ellos detuvieron su marcha para saludarlos.
‘Ñerito’ les dijo que si los llevaban hasta José Bernal, por lo que la mujer y el hombre se montaron en las dos motos y se fueron hacia ese sector que colinda con el Anillo Vial Oriental.
Todo marchaba normal, pero Juan Carlos Puerta se quedó varios minutos en la casa del hombre hasta que decidió irse.
“Al amigo se le varó la moto, por lo que mi marido trató de ayudarlo, pero no pudo, se dio por vencido y se montó en la moto Suzuki AX, blanca con rumbo a la casa, en el camino lo mataron”, indicó la pareja de la víctima.
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Y añadió que el estampador de camisetas no tenía problemas con nadie y mucho menos había sido amenazado, por lo que se les hace extraño que, supuestamente, el pistolero y él hubiesen discutido.
Algunas personas, al escuchar los tiros, salieron de sus viviendas a percatarse qué había ocurrido, cuando vieron el cadáver tendido a un costado de la vía, alertando a la Policía Metropolitana de Cúcuta para que arribaran al sitio.
Luego llegaron los integrantes de la Brigada Interinstitucional de Homicidios (Brinho) y se encargaron de las pesquisas y del levantamiento del cuerpo, que fue llevado al Instituto de Medicina Legal.
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