El veedor
Freddy Enrique Pallares Amaya solo alcanzó a ponerse las manos en el pecho, y decirle a su esposa “amor, me mataron”, luego de recibir cinco impactos de bala en la sala de su casa, ubicada en el barrio Siete de Agosto. El hecho ocurrió el 24 de marzo.
Hugo Santiago, coordinador de la Veeduría de Movilidad de Cúcuta, quien fue uno de los pioneros de esto, junto con Freddy Pallares, lo describió como un hombre con mucha vocación y “encarnizado” con su labor.
Recordó las reacciones de rabia cada vez que Freddy Enrique se percataba de una violación a los derechos de los conductores por parte de las autoridades de tránsito.
“A él le hervía la sangre, como decimos coloquialmente, cuando veía alguna violación de los derechos de la autoridad de tránsito. Tenía mucha razón en lo que decía y defendía y por esto mismo chocaba con las autoridades y más cuando querían imponer su orden”, dijo Santiago.
Las cualidades que demostraba Pallares fueron calificadas como “excelente”, por su compañero, con el que desde 2019 emprendieron las labores de veedores, junto con dos personas más, y que poco a poco fueron creciendo el equipo hasta llegar a ser ocho miembros.
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