La trayectoria delictiva de César David Flórez Contreras y Deivy Johan Barajas Pacheco, ambos de 21 años, se inició desde cuando eran menores de edad. Por sus andanzas fueron aprehendidos y estuvieron privados de la libertad en un centro de reclusión para menores.
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Desde ese lugar, el lazo de amistad entre los dos trascendió a la planeación y continuación de atracos a mano armada, por lo que cuando recobraron su libertad, no dudaron en unirse para pasear por las calles en búsqueda de víctimas.
Según las autoridades, en ese camino se unió Joser Andrés Pabón Contreras, quien conducía el carro en el que se movilizaban.
Cuando uniformados de la Policía Metropolitana de Cúcuta fueron alertados de un atraco, en el que intimidaron a la víctima con un revólver para robarle el celular, de inmediato se activó el plan candado en los alrededores de la ciudadela Juan Atalaya para dar con el paradero de los sospechosos.
“Ese mismo día cometieron un robo en el barrio Aeropuerto, luego por la avenida Las Américas, y en Motilones. Total, robaron a cinco personas, entre estas, a una mujer”, explicó una fuente judicial cercana a las pesquisas.
Mientras los tres atracadores continuaban su recorrido de robos, la Policía los venía rastreando, hasta ubicarlos en el barrio Atalaya, primera etapa, iniciándose una persecución.
Según se conoció, cuando los presuntos ladrones se percataron de la presencia de los policías, les dispararon, por lo que hubo un cruce de balazos, mientras continuaba la carrera por atraparlos. Los sospechosos se bajaron del vehículo y lanzaron un bolso al piso, mientras cada uno trató de huir corriendo, pero rápidamente los policías lograron capturarlos metros más adelante.
Cuando los uniformados revisaron el bolso, hallaron los cinco celulares que minutos antes se habían robado y el revólver con seis cartuchos, uno de ellos percutido.
Los detenidos fueron trasladados al CAI Kennedy, donde las cinco víctimas los reconocieron como los autores de estos hechos e instauraron la denuncia.
Según se conoció, César Flórez agredió con la cacha del arma a una mujer en la cabeza, mientras le exigía la entregara del teléfono.
Los tres quedaron a disposición de la Unidad de Reacción Inmediata (URI) de la Fiscalía y luego fueron presentados en audiencias de legalización de captura, imputación de cargos y medida de aseguramiento, en las que un juez determinó enviarlos a la cárcel.
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