“¡Quieto, que esto es un atraco!”, se escuchó en la calle 24 con avenida 5 del barrio Trigal del Norte, los emisores eran un par de atracadores, quienes amedrentaban con un arma de fuego a Rubén Darío Rivera Castellanos, a quien iba dirigido el mensaje.
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Casi a las 10 de la noche del pasado lunes festivo se escucharon esas palabras, en plena vía pública. Segundos antes, dos hombres a bordo de una motocicleta se pusieron en el camino de Rivera, quien también iba en moto y era el objetivo.
Con malas intenciones, lo amenazaron y querían obligarlo a descender del vehículo mientras lo apuntaban con un arma de fuego y amenazaban con dispararle. Algunos vecinos escucharon una discusión y forcejeo, poco antes de que cuatro disparos sacudieran el aire.
“Ya íbamos a salir para ver quienes estaban peleando, cuando sonaron esos tiros, de una cerramos la puerta y nos tiramos al piso, sonaron muy cerca. Pero la discusión siguió y poco después sonaron cinco más”, declaró uno de los residentes de la zona.
Y es que en el crimen se emitieron un total de nueve disparos, los primeros cuatro fueron tiros al aire para intimidar a la víctima, sin embargo, al Rubén Darío seguir oponiendo resistencia, recargaron el arma, apuntaron la víctima y le dispararon en cinco oportunidades. Luego sonó una motocicleta alejándose del lugar.
Entonces hubo silencio, los vecinos esperaron un par de segundos antes de asomarse a la calle y vieron la escena, herido de muerte estaba Rivera sobre el asfalto, curiosamente el aparente objetivo de todo el suceso no había sido completado: la moto estaba junto a la víctima, no se la habían robado.
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Al salir alertaron a las autoridades, minutos después llegaron patrullas de la Policía Metropolitana de Cúcuta (Mecuc), quienes confirmaron la muerte del hombre, y de inmediato establecieron las características de los criminales, para tratar de dar con su paradero.
Además llegó la Brigada Interinstitucional de Homicidios (Brinho), para hacer el levantamiento. En el lugar de los hechos hay dos cámaras de seguridad, una que habría grabado el escape de los responsables y otras toda la escena. Estas serán claves para la reconstrucción de los hechos y una posible identificación de los criminales.
Lo cierto es que el miedo se adueñó de los habitantes del barrio, quienes se mostraron consternados por el hecho bajo el pensamiento de que una vida vale menos que una moto.
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