En un callejón oscuro que conduce al sector de La Tomatera, una de las ollas más conocidas en Cúcuta, las autoridades encontraron el cuerpo sin vida de un hombre con varios impactos de bala en su cuerpo, ayer a las 2:10 de la madrugada.

Con mucho recelo y acostumbrados a vivir el yugo del microtráfico, los vecinos de ese punto de la ciudad, ubicada en la calle 23 entre avenidas 11 y 13 del barrio Alfonso Gómez, le dijeron a este medio, lo complejo que se ha vuelto la inseguridad debido a la proliferación de consumidores de estupefacientes que, sin importar la hora, transitan por el sector con actitudes hostiles.

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“Acá ya se ha vuelto muy difícil, yo me la paso encerrada y hasta modifiqué la casa para evitar que se metan, es que ahí arriba (La Tomatera) es desde donde venden droga a varios barrios de este sector y eso ha hecho que pase gente muy peligrosa”, dijo una persona del sector que pidió reserva de su identidad.

Fue justamente una de estas ‘personas peligrosas’ la que ayer, al parecer, disparó contra la víctima en tres oportunidades, dejándolo agonizando en medio del pavimento.

Una de las pruebas del temor con el que los vecinos conviven, es el tiempo que demoró la comunidad en avisar a las autoridades, pues los uniformados de la Policía Metropolitana de Cúcuta supieron del homicidio aproximadamente una hora después de que ocurriera. Evidentemente al llegar, ya la víctima, que al cierre de esta edición no ha sido identificada, no contaba con signos vitales.

De inmediato los policías avisaron a la Brigada Interinstitucional de Homicidios (Brihno) quienes llegaron hasta ese punto y adelantaron el levantamiento, así mismo hicieron la verificación de cámaras de seguridad que podrían arrojar pistas para dar con el paradero del asesino, sin embargo, hasta ahora existen muchas incógnitas respecto a cómo sucedieron los hechos.

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“La comunidad nos dijo como una hora después, cuando llegamos hicimos el levantamiento, pero ninguna persona se acercó, tampoco llegó ningún familiar, tal parece que no era uno de los consumidores de estupefacientes que transitaban por el barrio. Vamos a adelantar las investigaciones y revisar los videos de seguridad para reconstruir los hechos”, aseguró una fuente judicial.

En la mañana, a pesar de encontrarse a plena luz del día y en medio de un sol abrazador, ninguno de los vecinos que viven a escasos metros del lugar del homicidio se había acercado para limpiar el largo rastro de sangre de la víctima, que al ser asesinada en medio de una callejuela inclinada, dejó tras de sí un hilo rojo que se prolongaba por varios metros.

“Estamos a la merced de los consumidores o los atracadores, porque últimamente hay mucho hurto en motocicleta, a una vecina le raparon el celular hace tres días y eso que estaba a una cuadra de su casa. Y ahora mire, ya están matando gente por acá. Uno tiene que vivir muy resguardado y con todo cerrado”, aseguró uno de los vecinos.

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