Las autoridades policiales revisan minuciosamente videos de cámaras de seguridad y recopilan testimonios para identificar a los dos hombres que llegaron hasta un estanco del barrio Antonia Santos, el viernes en la noche, y le dispararon a dos clientes y al encargado del establecimiento.
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Los investigadores que asumieron el caso conocieron que, presuntamente, el ataque iba dirigido a uno de los hombres que estaba en una de las mesas, ingiriendo bebidas embriagantes.
Esa persona les aseguró a las autoridades que fue secuestrado por un grupo armado, en junio del año pasado, en el sector La Angelita, en la vía que comunica a El Zulia con Tibú. Otro indicio es que minutos antes del ataque le envío por WhatsApp su ubicación a una mujer.
Las autoridades investigan esos elementos para determinar quiénes estarían detrás de este hecho y creen que, por ahora, las otras dos víctimas solo tuvieron la mala suerte de encontrarse en el sitio.
Así se dio el hecho
La música, las risas y las bebidas embriagantes que se servían en el estanco, ubicado en la calle 20 con avenida 52 de ese popular barrio de la ciudadela Juan Atalaya, quedaron a un lado cuando los dos violentos llegaron en una moto.
Según testigos, los dos hombres vestían ropa negra y tenían los cascos de las motos puestos. Uno de ellos se quedó en la motocicleta mientras su cómplice se bajó del automotor e ingresó al estanco.
Segundos después desenfundó una pistola y le disparó en la pierna derecha a uno de los hombres que estaba tomándose unas cervezas, luego la emprendió contra el otro cliente y el encargado del establecimiento.
El administrador resultó herido en el pie derecho, la otra víctima en el mismo pie y el muslo derecho.
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Una vez el violento notó que las tres víctimas estaban heridas caminó hacia la moto, se montó y su cómplice aceleró la marcha con rumbo desconocido.
Los balazos alertaron a varias personas, quienes salieron a verificar lo sucedido y notaron que los tres hombres estaban heridos. Enseguida, los auxiliaron y trasladaron hasta el Policlínico de Atalaya y el Hospital Universitario Erasmo Meoz.
“Los disparos nos alertaron de que algo malo estaba ocurriendo afuera, pero no nos arriesgamos a salir hasta que escuchamos el motor de la moto alejarse”, indicó un residente de esa cuadra.
La Brigada Interinstitucional de Homicidios (Brinho) arribó hasta el lugar de los hechos, donde recopilaron 10 vainillas de calibre 9 milímetros percutidas y dos proyectiles, que son analizados en un laboratorio de balística.
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