“¿Por qué, Dios mío? ¿Por qué?”, repetían una y otra vez, con voces desgarradas, los familiares de Vladimir Delgado Pimiento, Carlos Armando González y Danna Yireth Gelvis Robles.

La escena era desoladora: sus rostros mostraban una mezcla de impotencia y tristeza, sus ojos inundados de lágrimas reflejaban la profunda tragedia que estaban viviendo.

Todo sucedió en un instante. El vehículo en el que viajaban se convirtió en una trampa mortal, tras chocar contra una volqueta en la carretera que va de El Zulia a la Ye de Astilleros, justo en la vereda La Colorada.

En cuestión de minutos, el sitio se llenó de uniformados de la Policía Metropolitana de Cúcuta (Mecuc), quienes acordonaron la zona, mientras el tráfico se paralizó por más de dos horas.

Las miradas de los curiosos se clavaban en la escena, algunos con teléfonos en mano, otros simplemente observando en silencio, con rostros llenos de consternación.

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La Unidad de Criminalística de Tránsito y el Cuerpo de Bomberos Voluntarios de Cúcuta intentaban sacar los cuerpos atrapados en el vehículo destrozado. Los familiares, mientras tanto, seguían ahí, a pocos metros, algunos abrazándose entre sí, buscando consuelo en medio de tanta desolación.

Los gritos de desesperación, los sollozos incontrolables y las miradas perdidas en el vacío pintaban un cuadro de tristeza que tocaba el corazón de cualquiera que estuviera presente.

Este accidente no es solo un suceso más para las estadísticas, sino también un recordatorio doloroso de la fragilidad de la vida, de cómo todo puede cambiar en un segundo.

El aparatoso siniestro

Ayer, a la 1:15 de la tarde, Vladimir conducía un vehículo Hyundai Accent LS, de color vinotinto, acompañado de otras 4 personas, con rumbo a Sardinata. Aunque todo marchaba en completa normalidad, cuando llegaron a la vereda La Colorada, lo último que vieron fue cuando chocaron de frente contra una volqueta.

“El del carrito particular iba por la vía bien, pero resulta que el señor de la volqueta estaba como adelantando otro carro y no se dio cuenta que el carro pequeño ya estaba casi que encima y fue tremendo totazo. Nosotros pensamos que todos estaban muertos”, comentó un testigo del hecho.

Añadió que, “la volqueta fue a parar a un caño, imagínese, un carro tan pesado como ese y que se haya salido por completo de la carretera, fue porque el golpe estuvo tremendo”.

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Según algunas versiones, el estruendo que se escuchó fue tan fuerte que quienes no tenían visibilidad del choque, pensaron que había sido un explosivo.

“Había una filita de carros y no podíamos ver bien, yo llegué a pensar que era una bomba la que explotó y me cubrí la cara como de primer instinto”, relató el pasajero de un bus.

Fueron los mismos conductores que a esa hora transitaban por esa vía, quienes se bajaron a verificar lo que había pasado, encontrándose con que Vladimir, Carlos Armando, de 52 años, y Danna Yireth, esta última menor de edad, no tenían signos vitales y quedaron atrapados entre las latas.

Luego se percataron que tanto el conductor de la volqueta, identificado como Germán Tabares Agudelo, de 63 años, y otros dos pasajeros del carro, Erick Yassee Gelvis Robles y Yetzalí Perales Gaviria, ambos de 16 años, resultaron lesionados por lo que fueron  trasladados de manera inmediata al Hospital Juan Luis Londoño.

“Es un hecho muy lamentable. Dentro de las hipótesis que manejamos es que, al parecer, se habría registrado por una invasión de carril por parte del vehículo de carga pesada que, además, habría presentado algunas fallas mecánicas”, comentó el mayor José Ortíz, jefe de la seccional de Tránsito y Transporte.

Aunque las autoridades adelantarán las investigaciones pertinentes frente a este siniestro fatal, no descartan la versión de un posible microsueño por parte del conductor de la volqueta.

Imprudencia al volante

Quienes presenciaban la fatídica escena no dejaban de repetir que esa vía se ha convertido en un peligro mortal, pues ahora se están presentando accidentes de tránsito constantes. Sin embargo, coincidieron en una cosa: la imprudencia al volante.

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“Sabemos que es una carretera con muchas curvas, que no cuenta con la señalización debida, pero es que los conductores cogieron esto como pista de carreras. Aquí manejan a altas velocidades, se adelantan unos con otros, es como si estuvieran compitiendo todo el tiempo”, dijo una de las pasajeras de transporte público.

Otro de los conductores aseguró que, “en la vía debemos tener en cuenta que también llevamos la vida. Nosotros a veces no pensamos en que alguien nos espera en nuestras casas y que llevamos una responsabilidad muy grande a la hora de conducir”.

El mayor José Ortiz comentó que son conscientes de que en esa vía en particular se ha registran muchos siniestros viales, lo que enciende las alarmas. A pesar de las constantes actividades que adelantan en el marco de la prevención, hay mucha imprudencia por parte de la ciudadanía.

“Esta es una vía angosta que tiene un flujo vehicular muy alto y si analizamos los accidentes de tránsito que se han presentado, han sido por los mismos factores: límites de velocidad, no respetar las normas de tránsito y el estado de embriaguez”, concluyó el oficial.

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