Tal parece que ya se volvió una costumbre para los residentes de Cúcuta y su área metropolitana convivir diariamente con los disparos, robos, asesinatos y una que otra masacre, que se presentan frecuentemente en la capital de Norte de Santander, haciendo de esta una de las 50 ciudades más peligrosas del mundo.

Además, la situación se agranda porque ante las estrategias de la Policía Metropolitana de Cúcuta (Mecuc) por mitigar dichos actos delictivos, de alguna forma los ladrones y sicarios ‘se salen con la suya’, haciendo que en vez de reducir, el problema se incremente.

Otro muerto más

En esta ocasión, la muerte volvió a tocar la puerta de la ‘perla del norte’ en uno de los barrios con mayor comercio y movilidad de la ciudad: Latino. El pasado viernes, cuando el reloj marcaba las 11:40 de la noche, en la calle 7 con avenida 4, se escucharon varios disparos que acabaron con la vida de un hombre que transitaba por la zona. Los gritos y el miedo se apoderaron de las personas que se encontraban departiendo en los establecimientos comerciales nocturnos.

Algunos uniformados de la Policía que se encontraban realizando labores de patrullaje cerca del lugar de los hechos, llegaron hasta el lugar y se percataron que el hombre aún tenía signos vitales, por lo que lo trasladaron en un taxi hasta el Hospital Universitario Erasmo Meoz, en donde falleció por la gravedad de las heridas.

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Al cierre de esta edición, la víctima no había sido identificada y su cuerpo permanecía en Medicina Legal esperando a que un familiar reconozca el cadáver para que le den cristiana sepultura.

Al lugar de los hechos llegó la Brigada Interinstitucional de Homicidios (Brinho) para adelantar la inspección técnica de la escena, con el fin de encontrar alguna pista que pueda conducir a los responsables del asesinato.

La incertidumbre

La comunidad del barrio se enteró, la mañana de ayer, sobre lo sucedido en el sector. Sin embargo, aunque recientemente no se había presentado un hecho similar, aseguran que la presencia de habitantes de calle ha incrementado la inseguridad.

“Yo cierro mi negocio a las 9:00 de la noche, otros cierran más temprano, entonces no nos enteramos de lo que pasa. Nos preocupa mucho porque estamos en un riesgo constante”, dijo una comerciante del sector.

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