Con tristeza, desolación y luto se despertaron las familias de la avenida 30 con calle 20 del barrio Rudesindo Soto, quienes la noche anterior intentaron por todos sus medios apagar el incesante fuego que consumió en su totalidad una de las casas, con un menor de edad dentro que, debido a la velocidad y fuerza con la que se esparcieron las llamas, no logró salir.

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Horas más tarde, en aquella calle, entre los vestigios de lo que fue una dramática noche, era evidente que los vecinos también se encontraban afectados, pues desde las 10:00 de la noche del viernes hasta las 2:00 de la mañana del sábado, la gran mayoría entre sorpresa, miedo y tos, producto del humo que se esparcía en el aire, con baldes llenos de agua y mangueras intentaron evitar la tragedia.

Al otro día, en ese lugar, todavía era perceptible en el aire un leve rastro de olores de madera quemada, que provenía de la vivienda, donde no sobrevivió nada que pudiera utilizarse de nuevo. Ni la ropa, los electrodomésticos, las paredes, el techo o hasta las sillas.

“Varios sacamos las mangueras que teníamos para intentar apagarlo (el incendio), pero era demasiado grande, a las 10:30 ya estaba muy crecida esa llamarada, yo vivo a unos 20 metros de la casa afectada y desde la puerta de mi vivienda se sentía un calor impresionante. Eso fue horrible, lo único que se oían eran gritos por todos lados”, comentó una habitante.

El desespero, acorde a los testimonios de vecinos, era demasiado, pues la casa que se quemó, estaba construida en gran parte con tablas, lo que explica la velocidad con lo que se consumió el humilde hogar.

Una noche para olvidar

La madre del pequeño, de 11 años, entre la desolación, las lágrimas y el dolor, de haber perdido a su hijo, prefirió reservarse los comentarios a este medio. Algunos familiares que la acompañaban dieron algunas declaraciones sobre el trágico accidente.

“Por ahora, solo queremos que se agilice el proceso para que entreguen el cuerpo y darle una cristiana sepultura, sin embargo, hay que aclarar que no había pólvora en la casa y tampoco fue el origen del accidente, nosotros creemos que fue por corto circuito en uno de los cables de la casa lo que inició todo”, expresó una allegada a la familia.

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En el accidente, también resultó herido por quemaduras otro menor de edad, pero según el balance dado por el coronel Giovanni Madariaga, comandante de la Policía Metropolitana de Cúcuta (Mecuc), se encuentra fuera de peligro.

“Lamentamos los hechos sucedidos el viernes en horas de la noche, en el que un joven de 11 años pierde la vida. Su hermano, de 9 años, que fue tratado en un centro asistencial por las quemaduras, ya se encuentra fuera de peligro, todavía se están investigando las causas que produjo la conflagración”, afirmó el coronel.

‘El fuego lo controlamos’

La comandante del Cuerpo de Bomberos de Cúcuta Yolibeth Mejías Rodríguez explicó que las unidades alertadas por la misma comunidad, salieron pocos minutos después de tener conocimiento de la emergencia, cuando eran las 10:37 de la noche.

“En principio salió uno de nuestros camiones con 4 bomberos, sin embargo momentos más tarde, se solicitó otro camión, por lo que fueron 8 hombres en total los que ayudaron a controlar el fuego. Como la máquina quedó en un sitio lejos, se extendió por 200 metros la manguera, pero finalmente el incendio se extinguió en menos de 10 minutos, apenas arribaron mis compañeros”, explicó Mejías.

Los integrantes del cuerpo de Bomberos, una vez controlaron la emergencia, explicó la comandante, hicieron la búsqueda, encontraron al niño y fue dejado a disposición de la Policía Metropolitana.

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Fue hasta las 2:00 de la mañana, que tanto los Bomberos como las autoridades, se fueron del sitio, luego de hacer las pesquisas del hecho y el levantamiento del cuerpo.

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