La hermana mayor y la mamá de Elva Eloisa Zabala González atraviesan el peor momento de sus vidas, luego de enterarse de que ella fue asesinada por su esposo Yojani José Briceño Calderón, el lunes, en una de las habitaciones del apartamento donde vivían con sus hijos desde hacía tres años.
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Las dos mujeres esperan que al hombre, de 30 años, le caiga todo el peso de la ley, pues él les arrebató la felicidad y la tranquilidad para ellas y los niños que Elva Eloisa tuvo con él, que tienen 9 y 10 años.
“Esperamos que él no consiga algún beneficio porque, supuestamente, tiene esquizofrenia desde hace nueve años. Nosotros creemos que eso es falso, porque mi hermana trató de ingresarlo a un tratamiento psiquiátrico, pero él le decía que estaba bien y la amenazaba y la manipulaba diciéndole que estaba enfermo de la mente”, indicó la hermana.
Yojani Briceño fue capturado en el apartamento y trasladado a la Fiscalía, donde luego de ser presentado ante un juez, este lo envió a la cárcel por feminicidio. Además, Medicina Legal será la encargada de establecer si es cierto que él tiene problemas mentales.
Una mujer soñadora
La madre y la hermana de Elva Zabala la recuerdan como una persona soñadora, trabajadora y amorosa, que siempre buscó apoyar a sus seres queridos y trabajar por sus niños y el hombre que decía amarla.
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La víctima llegó a Cúcuta, junto con su esposo e hijos, en 2017, se puso a trabajar en una venta de comidas rápidas y con el dinero que ganaba mantenía su hogar y ayudaba a sus seres queridos en Venezuela.
“Ella comenzó a trabajar haciendo comidas rápidas, luego vendiendo ropa, haciendo aseo, en fin, en cualquier trabajo honrado, nunca se metía con nadie; se la pasaba trabajando y soportando a ese hombre con el que siempre tuvo discusiones fuertes”, indicó la hermana.
Y agregó que Yojani José siempre fue un hombre violento, que golpeaba a Elva Eloisa y la insultaba, pero ella le tenía miedo y por eso nunca se atrevió a denunciarlo o dejarlo.
Yojani Briceño, al parecer, unos días antes de cometer el feminicidio, amenazó a la víctima con un cuchillo y estuvo a punto de herirla, por lo que le pidieron a la mujer que se separara y se llevara a sus niños.
Las familiares de la víctima esperan que el Instituto Colombiano del Bienestar Familiar (ICBF) les entregue los dos niños para llevárselos para el estado Trujillo (Venezuela), donde residen.
“Nosotros no tenemos contacto con la familia de ese sujeto, por eso nos quedaremos con los niños, que vivirán con nosotras y con su hermano mayor, que tiene 17 años, en Trujillo. Esperamos que ellos superen este lamentable hecho”, contó la familiar.
El feminicidio
Las autoridades creen que Elva Eloisa Zabala, de 32 años, y Yojani José, 30, tuvieron una discusión en la madrugada, mientras estaban dentro del apartamento, ubicado en un segundo piso de una casa de la avenida 1 con calle 12, del barrio Chapinero.
“Creemos que el hombre cogió un ladrillo que estaba en la habitación para sostener la puerta y la golpeó. Un dato relevante es que la mujer tenía uñas acrílicas, pero le hacen falta dos, al parecer, ella trató de defenderse y lo aruñó”, explicó una fuente judicial.
El cuerpo de la mujer quedó tirado en el piso de la habitación, pero nadie se percató sobre el aberrante hecho, sino hasta las 6:00 de la mañana, cuando los niños se levantaron y vieron que su papá estaba sin camisa y tenía la cara manchada de sangre.
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Los pequeños al no ver a su mamá, comenzaron a preguntarle al papá sobre Elva, pero él no les decía nada. Los infantes se asustaron y se encerraron en su habitación, llamaron a su abuela y le contaron la situación.
La abuela alertó a la hermana de Zabala González, quien llamó a una mujer, que vive en el primer piso, la cual de inmediato llegó hasta el apartamento de la pareja y tocó la puerta.
Yojani Briceño abrió una ventana y la mujer le preguntó por Elva, pero él no le habría dicho nada, por lo que ella se fue hasta una cancha de microfútbol, que queda a una cuadra, donde estaba una patrulla y les comentó a los uniformados.
“Los policías llegaron hasta el apartamento y en ese momento los niños salieron de la habitación donde se escondían y comenzaron a gritar que el papá había matado a la mamá. Los uniformados abordaron al supuesto agresor, lo esposaron y, luego, ingresaron y vieron unas manchas de sangre en el piso”, contó un habitante.
Hacia las 8:00 de la mañana, las unidades de la Brigada Interinstitucional de Homicidios (Brinho) se desplazaron hasta ese popular barrio de Atalaya, donde se encargaron de la inspección técnica y el levantamiento del cadáver de la mujer.
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