A pesar de los intentos del Gobierno de lograr brindarle paz al territorio catatumbero, que ha soportado la muerte de más de 70 personas desde el 16 de enero, fecha en la que el conflicto armado tuvo un nuevo punto álgido de violencia, los militares y civiles fallecidos siguen incrementando una estadística que, de manera alarmante, ya está llegando a los 80 muertos.

En esta ocasión, el soldado profesional José Daniel Reyes Urda, de 23 años, fue la víctima mortal. Este hombre, en compañía de un oficial, un suboficial y cuatro soldados que se encontraban en la vereda Mineiros de Tibú ayer, en la mañana, resultaron heridos por el ataque de un dron que contaba en su estructura un artefacto explosivo artesanal instalado por integrantes del Ejército de Liberación Nacional (Eln).

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Sumando este nuevo atentado contra las autoridades, ya son cinco drones que han sido utilizados por los grupos armados organizados para afectar la vida e infraestructura de militares y policías en los últimos 20 días.

Según una fuente judicial, tres atentados han sido en Tibú y dos en Convención, y con este ya son siete uniformados heridos y dos asesinados, a causa de la gravedad de las heridas sufridas por las esquirlas.

De acuerdo al Ejército, el soldado y los seis militares que lo acompañaban desarrollaban un operativo en ese sector en el marco de la Operación Catatumbo, que tiene como objetivo contrarrestar la criminalidad causada por la violencia del Eln en esta región del departamento.

“En estos momentos, la institución brinda acompañamiento psicológico, espiritual y emocional a los familiares y amigos de nuestro soldado fallecido en cumplimiento del deber”, explicó el Ejército en un comunicado horas después de la muerte del soldado.

El soldado asesinado era oriundo de Barrancabermeja, Santander, y tenía tres años dentro de la institución.

Otro atentado más en Convención

Pocos minutos después del atentado en Tibú, un soldado resultó herido por un disparo de un francotirador mientras se encontraba realizando operaciones de vigilancia en la base militar La Esmeralda, ubicada cerca al casco urbano de Convención.

La víctima fue de inmediato auxiliada por el cuerpo médico de la base militar, y por fortuna su herida no reviste gravedad. Al cierre de esta edición, la víctima se encontraba fuera de peligro.

Unos días antes, en el municipio de Teorama, el patrullero Geyder Giovanny Duque Medina fue asesinado cuando se encontraba en el casco urbano, y recibió un disparo, también en modalidad de francotiro. Sin embargo, en este caso, la víctima mortal fue herida en el rostro, y a pesar de ser trasladado y auxiliado en la instalación policial de Teorama, el hombre, oriundo de Los Patios, falleció pocos minutos después.

La nueva modalidad de ataque: drones

Según se conoció, quienes patentaron esta “nueva técnica” fueron los disidentes de las Farc, los cuales recibieron una capacitación para implementar los drones en sus ataques. Pero, cuando el Eln fue ganando terreno durante el conflicto armado del Catatumbo, estos fueron arrebatados y posteriormente modificados para llevar a cabo sus acciones terroristas.

Desde entonces, especialistas en esa tecnología del Ejército han ido investigando esta nueva modalidad en la guerra, que aunque no es nueva por parte del Eln, sí lo es en el departamento.

Uno de los descubrimientos más importantes de los especialistas militares fue que los drones eran modificados para que pudieran volar más alto y tuvieran un mayor tiempo de duración en el aire.

La investigación arrojó que muchos de estos drones podrían tener un alcance de entre 3 hasta 35 kilómetros de distancia entre el dron y la persona que lo controlaría. Sin embargo, la distancia depende exclusivamente del tipo de dron y la superficie del lugar sobrevolado.

“Se encontró que a estos drones modificados, también le colocan un artefacto explosivo artesanal que puede ser detonado de manera remota o por medio de la presión, una vez dejan el dron caer al suelo. Así mismo, se conoció que a algunos drones le instalan un objeto, similar a un palo con el que tocan algún artefacto explosivo que esté instalado en la tierra cerca de tropas o infraestructuras”, aseguró una fuente militar.

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