El miedo en los rostros y los negocios cerrando antes de tiempo eran el rastro silencioso del terror en Cúcuta. Durante semanas, comerciantes del centro de Cúcuta y del centro comercial Alejandría vivieron bajo amenazas directas. En un video que circuló ampliamente en redes sociales, un hombre con el rostro cubierto, granada en mano y voz desafiante, advertía que todos “debían alinearse” y “esperar la llamada” de los AK-47. También se atrevió a insultar al alcalde Jorge Acevedo, llamándolo "payaso", dejando claro que su intención era sembrar miedo.
Ese hombre, conocido como Jota, parecía moverse con total impunidad. Pero su arrogancia terminó este viernes 2 de mayo, cuando al menos 50 hombres del Gaula Militar y de la Policía Nacional, junto con unidades de inteligencia y especialidades tácticas, le cerraron el cerco.
La cacería de alias Jota
El operativo fue contundente. Gracias a la información clave entregada por un informante que lo reconoció en el video, los investigadores lograron ubicar a Jota en un rancho levantado con palos y plástico verde, en la invasión Las Vegas del barrio Llanitos, en el municipio de Los Patios, área metropolitana de Cúcuta.
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El despliegue fue total: una fuente judicial contó a La Opinión que usaron agentes camuflados para rodear la zona, unidades especiales bloquearon cada salida posible y un dron desde el aire monitoreaba cada movimiento. No hubo espacio para la huida.
Según la fuente, Jota intentó resistirse y se enfrentó a las autoridades. El intercambio fue breve. En cuestión de minutos, cayó abatido en el mismo lodazal donde escondía su guarida. Su cuerpo quedó tendido sobre el barro, junto al refugio improvisado que utilizaba como escondite.
Alias Jota pasó de un rostro encapuchado que infundía temor, a un nombre tachado en la lista del crimen.