Entre la consternación, el vacío y la tristeza, se encuentran los familiares de Jaider Sneider Carrillo Acevedo, de 17 años, quien cuando supuestamente lo acompañaban unos ‘amigos’ fue baleado.

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El caso ocurrió el pasado viernes en la calle 4 del barrio Los Canarios, frente a un brazo de la quebrada Tonchalá y falleció minutos después en ese lugar, tras ser atacado, al parecer, por sus acompañantes.

Sus familiares no encuentran todavía alguna explicación para entender el fatal desenlace, pues explican que el menor de edad, usualmente salía a jugar o hablar con un gran grupo de personas en el barrio de forma constante, pero no habían escuchado nada raro los últimos días.

“Él salía para el parque del barrio Minuto de Dios y allí estaba con sus amigos. Era un joven muy amable y atento, vivía en la casa con su abuela y tanto ella como su madre, están supremamente devastadas. Nos enteramos fue por un tío de él que vive cerca”, argumentó uno de sus familiares.

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Eran las 7:00 de la noche, según pobladores del lugar, cuando se escucharon dos detonaciones y entre las humildes familias que residen allí, sucumbió el temor y pánico, pues unos minutos antes de la trágica escena, varios niños estaban jugando en el mismo sitio, como acostumbran a hacerlo todas las noches.

Los homicidas luego de cumplir su cometido, escaparon y hasta el cierre de esta edición, no hay rastro de ellos.

“Fue muy triste, llegó toda la familia del muchacho, y él estaba ahí tendido en el piso sin vida. La madre casi se desmaya, los llantos de varias familiares se escucharon por un largo rato mientras llegaban las autoridades para hacer el levantamiento”, señaló una vecina.

Otra de las personas manifestó que, luego del asesinato, estaban hablando entre las familias del barrio para iluminar la zona en la que Jaider se encontraba, pues en las noches, la oscuridad la ha convertido en un espacio para que consumidores de drogas lleguen allí.

“Luego de ese sendero hay un lote boscoso y está la quebrada, por este camino se hacen personas consumidoras a veces y da mucha zozobra por los niños que salen a jugar. Pero, la verdad no se había visto algo así en el barrio y se ve que al chico lo trajeron engañado, porque estaban hablando normal cuando pasaron por mi casa”, afirmó otra vecina.

Por ahora, sus familiares solo esperan que las autoridades avancen las investigaciones judiciales, para poder dar con el paradero de los responsables.

“No queremos que este caso quede así sin esclarecerse, era un menor de edad, tenía toda una vida por delante. No merecía ese final”, concluyeron los allegados.

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