"Matrimonio" con Marte
Todos los miembros de "la tripulación" son voluntarios y tuvieron que pasar muchas pruebas física y psicológicas para poder participar en la misión.
"Mi padre me llevaba al museo del espacio cuando era pequeña, él coleccionaba aviones y cuando supe que el foro buscaba a astronautas análogos me dije que tenía que presentarme", explica la alemana Anika Mehlis, la única mujer del grupo.
El Foro Espacial Austriaco, una organización privada que reúne a especialistas del sector aeroespacial, se asoció con el centro de investigación israelí D-MARS para construir esta base, en forma de polígono y alimentada con energía solar.
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En el interior, la comodidad es espartana con una pequeña cocina y camas en literas, puesto que la mayor parte del espacio es para los experimentos científicos. En un futuro, sus resultados podrían ser cruciales, en la medida que la NASA, la agencia espacial estadounidense, se plantea enviar una primera misión tripulada a Marte en los años 2030.
Durante el mes en el que simularán la vida de Marte en la Tierra, los astronautas análogos tendrán que probar un prototipo de dron que funciona sin GPS y vehículos autónomos propulsados por el viento y la energía solar para cartografiar el territorio.
Microbióloga de formación, Anika Mehlis se encargará de evaluar las posibilidades de contaminación microbiana, es decir, el riesgo de introducir en Marte bacterias terrestres que podrían acabar con cualquier tipo de vida existente en el planeta rojo.
"Sería un gran problema", afirma, señalando lo que se considera uno de los mayores desafíos en la conquista del espacio.
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Además de probar equipamientos y tecnologías, la misión también quiere estudiar los comportamientos humanos, sobre todo el impacto del aislamiento en los astronautas.
"La coherencia del grupo y la capacidad de trabajar juntos es crucial para sobrevivir en Marte", estima el supervisor Gernot Grömer. "Es como un matrimonio, sólo que en un matrimonio, uno puede irse, y en Marte no", comenta irónico.
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