Despedido por el París Saint-Germain en Navidad, el técnico Thomas Tuchel se tomó la revancha este sábado, al conquistar la Liga de Campeones con el Chelsea, un equipo que en menos de seis meses ha remodelado a su estilo, exigente y carismático a la vez.
Para el alemán de 47 años, los viajes a Portugal se repiten, pero con suerte dispar.
El pasado 23 de agosto, en Lisboa y como entrenador del París SG, Tuchel se quedó sin levantar la deseada 'Orejona', batido en la final por el Bayern Múnich (1-0), en un partido en el que las lágrimas de Neymar reflejaron la decepción de los parisinos.
'TT' regresó casi un año después al país de Cristiano Ronaldo, esta vez con la gorra azul del Chelsea y la experiencia de aquel partido, del que "aprendió", como ha admitido.
Esta vez, los 'Blues' se impusieron al Manchester City (1-0) y Tuchel estalló de alegría, repartiendo abrazos y sonrisas.
¡Qué manera de volver a impulsar una carrera! Hace menos de seis meses, el 23 de diciembre, el técnico bávaro fue cesado por el PSG pese a haber completado un 2020 casi perfecto, ganando los cuatro títulos nacionales y clasificando al equipo francés a su primera final de la Liga de Campeones.
"Pasé una Navidad de mierda", reconoció.
Tuchel creyó que la acumulación de trofeos en París le habían dado suficiente crédito ante los ambiciosos propietarios cataríes del PSG, pero en la capital gala, directivos y aficionados le reprochaban sus cada vez más frecuentes arrebatos, que amenazaban el equilibrio del club.
Imagen degradada
Al finalizar el 'mercato', sus velados ataques al director deportivo Leonardo por la calidad del plantel, que consideraba inferior a la de la temporada precedente, le colocaron en el asiento eyectable.
Muy poco activo en las redes sociales, despreocupado por su reputación, Tuchel dejó que su imagen se degradase hasta alcanzar el punto de no retorno.
"Tuchel no se interesa por el marketing, por su imagen. Le interesa su trabajo, quiere ser juzgado por su trabajo y solo por eso", describe Daniel Meuren, autor de una biografía sobre el alemán.
"Para mis editores, habría sido más interesante otro libro sobre (Jürgen) Klopp. ¡Vende más!", sonríe este periodista en referencia al entrenador alemán del Liverpool.
Tuchel, cuya carrera como futbolista acabó muy pronto por las lesiones, es un adepto de la pizarra, sobre la que aprendió el oficio, entrenando a los equipos de las categorías inferiores del Stuttgart.
Se dio a conocer en la Bundesliga como técnico del modesto Maguncia (2009-2014) y, sobre todo, del Borussia Dortmund (2015-2017), en una carrera muy similar a la de Klopp, que pasó por esos mismos clubes germanos.
"Buen tipo"
La meteórica carrera de Tuchel parecía frenarse en seco tras su despido del PSG, pero apenas un mes después del cese, el nativo de Krumbach se relanzó en el Chelsea, donde ha vuelto a imponer su famoso "espíritu" que repetía una y otra vez en sus comparecencias de prensa en París, para resucitar a un equipo que parecía muerto (7º en la Premier League) cuando los 'Blues' cesaron a Frank Lampard.
"Desde el primer día, hemos notado una gran conexión con él, como si llevase acá dos años. Todo ha venido de manera natural, su visión e juego, nos hemos entendido bien", explicó el centrocampista croata Mateo Kovacic.
"Es un gran entrenador y un muy buen tipo", recordó el centrocampista del Manchester City Ilkay Gündogan, con quien coincidió en Dortmund.
Tuchel tiene una doble imagen. Por un lado, es un adepto de la 'abrazoterapia'. Por el otro, un meticuloso entrenador que llevó al Chelsea su esquema de tres centrales, convirtiéndole en uno de los equipos más impermeables del continente.
Pese a la derrota en la final de la FA Cup contra el Leicester (1-0), Tuchel ya podía presumir de haber clasificado al Chelsea para la próxima Liga de Campeones gracias a su cuarto puesto en la Premier League, logrado en la última jornada.
Pero con este inesperado título de Champions, Tuchel ha superado todas las expectativas.