En Italia, la situación es muy diferente.
El título en la Eurocopa y una racha de 37 partidos sin perder entre septiembre de 2018 y octubre de 2021 había disparado la euforia en torno a la Azzurra, pero todo se frenó en seco cuando el equipo italiano perdió ante España en semifinales de la Liga de Naciones y sobre todo al fracasar en las eliminatorias para clasificarse al Mundial, igual que le ocurrió en el camino a Rusia-2018.
Primero, en su grupo de la fase de clasificación europea, Italia flaqueó en los últimos partidos y vio cómo Suiza se quedaba con el liderato y la única plaza directa a Catar-2022.
La Azzurra se veía relegada a una repesca en la que debía ganar dos partidos, pero ya en el primero resbaló al perder 1-0 en casa el pasado marzo ante Macedonia del Norte, lo que consumó el desastre.
La despedida de Chiellini
El seleccionador Roberto Mancini afronta ahora una etapa en la que necesita devolver la ilusión a los 'tifosi'.
"Hace falta seguir, empezar a pensar de forma diferente", dijo poco después de la eliminación ante los normacedonios.
Por el momento, para esta Finalissima y para los otros duelos del equipo en junio, en la Liga de Naciones, optó por un grupo de carácter continuista, en el que destacó el regreso de Leonardo Spinazzola, que fue uno de los hombres destacados del equipo en la última Eurocopa y que estuvo de baja casi toda la temporada por lesión.
El veterano Giorgio Chiellini (37 años), por su parte, aspira a despedirse de la selección italiana con un trofeo, en el que será su 117º y último partido con su equipo nacional.
No estarán por lesión figuras italianas como Ciro Immobile o Federico Chiesa.
Por su parte, Argentina estuvo preparando esta Finalissima con una concentración la última semana en Bilbao.