Una fiesta terminó en tragedia. Lo que debía ser una noche más de música, luces y baile en la discoteca Jet Set, uno de los templos del merengue en Santo Domingo, terminó con un derrumbe que dejó a la República Dominicana sumida en el dolor.
El accidente, ocurrido en la madrugada del pasado martes 8 de abril, cobró la vida de, hasta el momento, 113 personas, incluyendo a una de las figuras más queridas de la música caribeña: Rubby Pérez.
El legendario intérprete de ‘Volveré’ y ‘Buscando tus besos’ ofrecía un concierto cuando, sin previo aviso, la estructura del techo cedió y colapsó sobre centenares de asistentes.
La tragedia ocurrió poco después de las 2:40 a.m. Según el Centro de Operaciones de Emergencias (COE), aún continúan las labores de remoción de escombros y verificación de víctimas.
Entre los fallecidos también se encuentran la gobernadora de Montecristi, Nelsy Cruz, y el exbeisbolista Octavio Dotel. La noticia sacudió al país y al continente, que recibió con incredulidad la muerte de uno de los íconos más representativos de la música tropical.
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Rumores de supervivencia y un país esperanzado
Durante las primeras horas del siniestro, se vivió una montaña rusa emocional para la familia del artista y sus seguidores.
El representante de Pérez, Fernando Soto, confirmó que hubo información errónea difundida por equipos de rescate, que aseguraban que el cantante había sido hallado con vida.
“Nos dijeron que Rubby había sido canalizado y que incluso había logrado cantar bajo los escombros para hacerse notar. Fue esperanzador… pero era falso”, relató Soto visiblemente afectado.
El momento más desconcertante fue cuando, alrededor de las 5:00 p.m. del martes, se comunicó erróneamente que el cuerpo del artista había sido recuperado con vida. Nuevamente, se trataba de una víctima con características similares.
Finalmente, fue su hermano Neyfi Pérez quien, el miércoles, confirmó la triste noticia. Rubby Pérez había muerto. La voz más alta del merengue había quedado silenciada por una tragedia evitable.
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Una vida marcada por la superación y la música
Nacido como Roberto Antonio Pérez Herrera el 8 de marzo de 1956 en San Cristóbal, República Dominicana, Rubby no siempre soñó con los escenarios. Su primer amor fue el béisbol.
Pero un accidente automovilístico a los 15 años cambió su destino para siempre. Quedó imposibilitado de seguir una carrera deportiva, pero halló en la música un nuevo propósito.
“Dios me quitó el guante y me puso un micrófono”, solía decir. Así, tras una larga recuperación física y emocional, se matriculó en el Conservatorio Nacional de Música.
Su talento y disciplina no pasaron desapercibidos. Se integró a agrupaciones como Los Pitágoras del Ritmo y más tarde al fenómeno musical de los años 80: la orquesta de Wilfrido Vargas.
Con Wilfrido, Rubby ayudó a moldear el sonido de una generación de merengueros, y puso su voz en temas que se convirtieron en himnos internacionales. Pero su espíritu inquieto lo llevó más allá.
En 1987 emprendió su carrera como solista con el disco ‘Buscando tus besos’, que lo catapultó como uno de los artistas más sólidos del género.
Canciones como ‘Tonto corazón’, ‘El arrepentido’, ‘Dame veneno’ y ‘Enamorado de ella’ consolidaron su estatus como una figura esencial del merengue romántico y bailable.
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Un innovador hasta el final
A diferencia de muchos artistas de su generación, Pérez no se conformó con revivir glorias pasadas. En noviembre de 2024, lanzó el álbum ‘Merengue Jazz Sessions Vol. 1’, una audaz fusión entre los ritmos tradicionales del Caribe y los lenguajes sofisticados del jazz.
El disco, grabado en vivo bajo la dirección del maestro Manuel Tejada, fue aclamado por la crítica.
Meses antes, en marzo de 2025, fue homenajeado con el Premio Soberano al Mérito, el más alto reconocimiento para un artista dominicano. En su discurso, visiblemente emocionado, agradeció “a todos los que siguen creyendo en el merengue, en la música hecha con alma”.
El presidente Luis Abinader expresó su consternación y decretó duelo nacional por 48 horas. Además, prometió una investigación exhaustiva.
“No descansaremos hasta tener claridad sobre qué provocó este desastre. La vida de nuestros ciudadanos y nuestros artistas merece respeto y seguridad”, afirmó.
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El adiós de sus colegas y del mundo
Las redes sociales se llenaron de mensajes de condolencias. Wilfrido Vargas, su excompañero y mentor, escribió: “Estoy destrozado. Se fue el mejor cantante que ha dado nuestro género. Un amigo, un ídolo, un hermano”.
Carlos Vives expresó: “Qué absurdo todo esto. Escucho sus canciones con el corazón hecho pedazos”.
Olga Tañón, Ricardo Montaner, Luis Fonsi, Eddy Herrera, Marco Antonio Solís y muchos otros se sumaron al luto.
El saxofonista Luis Emilio Solís, parte de la banda de Rubby, también falleció en el colapso. Su hija, Zulinka Pérez, estaba en el lugar y sobrevivió con heridas leves.
Un legado que no se apaga
Rubby Pérez no solo deja discos, premios y éxitos radiales. Deja una forma de cantar, de sentir, de vivir el merengue. Fue un perfeccionista, un trabajador incansable, y un artista que nunca traicionó su esencia.
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Su vida fue prueba de que las segundas oportunidades existen. Convirtió un accidente en un punto de partida. Hizo de su voz una bandera del Caribe, y de sus letras, la banda sonora de miles de historias de amor y fiesta.
Ahora, República Dominicana se despide de él entre lágrimas, pero también entre notas que no dejarán de sonar. Porque Rubby Pérez, aunque haya partido, sigue cantando en el recuerdo colectivo.
Rubby vivió como cantó: con entrega, pasión y alegría. Y así, incluso en la tragedia, su música seguirá bailando en el alma de su pueblo.
Las honras fúnebres del cantante se realizarán hoy, de 10:00 a.m. a 4:00 p.m., en el Teatro Nacional Eduardo Brito, donde el pueblo podrá rendir tributo al ícono del merengue en un acto de honor póstumo.
Posteriormente, a las 5:00 p.m., se le dará cristiana sepultura en el Parque Cementerio Puerta del Cielo.
Se espera la asistencia de autoridades, colegas del ámbito artístico y cientos de seguidores que desean despedir con respeto y gratitud a una de las voces más queridas de la música dominicana.
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