Yeison Jiménez no solo es uno de los cantantes más populares del género regional colombiano, también es un sobreviviente de una juventud marcada por la violencia y el dolor. En una reciente entrevista con el pódcast Los hombres sí lloran, conducido por el actor Juan Pablo Raba, el artista caldense abrió su corazón y habló como nunca antes de su vida en el barrio Dindalito, al sur de Bogotá, donde estuvo a punto de perder la vida.

Según lo contado, el cantante creció entre armas, amenazas y guerras entre pandillas. A los 16 años, asegura, ya portaba un arma y no le temía a nada. “Todos andábamos armados porque nos mataban a nuestros compañeros por el simple hecho de meterse donde no se tenía que meter”, confesó con crudeza. Aquellos años, recordó, estuvieron marcados por una guerra territorial en la Calle 38 sur, una disputa que terminó en tragedia para muchas familias del sector.

En medio del relato, el artista narró uno de los episodios más dolorosos de su vida: el asesinato de uno de sus cuñados, quien ya había sobrevivido a un atentado previo. “Fue muy triste. Mataban niños, peladitas... todo fue por una cuadra”, dijo. Esa experiencia, aunque traumática, se convirtió en una de las más importantes lecciones de vida para Jiménez.

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Hoy, alejado de ese entorno y consagrado como uno de los nombres más fuertes de la música popular, el artista se prepara para cumplir uno de sus mayores sueños: llenar el estadio El Campín de Bogotá en julio. Un objetivo que parecía imposible para el joven que alguna vez vivió al borde del abismo, y que ahora utiliza su historia para inspirar a otros.

“Yo soy lo que soy por lo que viví”, aseguró el cantante, dejando claro que su camino hacia el éxito ha estado lleno de sombras, pero también de fuerza para salir adelante.

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